Dicen los libros de historia que el mayor despliegue conocido de la era moderna ha sido la
Operación Overlord, nombre en clave de la invasión de
Normandía allá en Junio de 1944.
Salvando las distancias, el tiempo y las consecuencias, la
Operación VUelta al COncejo de GIjón de este año, la 19, se ha parecido bastante a aquella otra que supuso el fin de la hegemonía nazi en Europa: meses y meses de preparación, kilómetros y kilómetros de incursiones en territorios pocos o nada explorados, días y días de debates interminables sobre un recorrido u otro, con sus cnsecuencias...mojaduras, escozones, garrapatas, arañazos.
Y todo ello bajo la eterna supervisión del General de la idea, que aún estando de viaje, de vacaciones, o arrinconado en las profundidades de la tierra, mantenía una férrea disciplina sobre los itinerarios a investigar. Si hubiera que poner un nombre en clave a la intervención de este año, no habría otro mas indicado que
“ La Barcaiztegui”, (que suena bien, pero se va a quedar con las ganas...).
Y al igual que en aquella Francia en las postrimerías de la
WWII, en esta ocasión el movimiento de vehículos, fue abrumador...: a los ya habituales Terranillos del
PDM, y las unidades del
Seprona que cuidan de nuestra seguridad hay que sumar los otros dos TT de
Protección Civil, tan elegantes ellos; la ambulancia de la
Cruz Roja; el
Jeep de Pepe, que transportaba al director de Carrera, al jefe de disciplina, y al reportero gráfico,
Srs. Peinador, Emilio y Del Real; el vehículo médico con
nuestra doctora Ester; el que recogía bicicletas, con su remolque; el coche de enlace de
Patricio que acarreaba con
el locutor incansable; el de asistencia mecánica con
la veloz Ursula y el temeroso Jorge a su lado y las cinco motos que merodeaban entre el pelotón. Y tras de todos ellos y cerrando la marcha por lugares impensables, la
Tanqueta Acorazada Anfibia de David, copilotada por un animoso
Víctor. A todo esto hay que sumar el tercio de millar de integrantes de un pelotón estirado y fatigado que ascendían una tras otra las innumerables cumbres de que constaba la etapa. Porque si bien es cierto que el metraje y desnivel de la edición de este año fue similar a la edición anterior,
(por más que jurásemos todos en arameo y cirílico que era mucho más dura) las sensaciones sobre las monturas no lo indicaban así.
Ya en la primera rampa, en
Cabueñes, se formarían atascos al haber infantes incapaces de ascender la pedregosa rampa, atascos que fueron alargando el pelotón, de tal forma que cuando las unidades de retaguardia, alcanzaban
La Arquera, atesoraban ya media hora de retraso sobre la cabeza. Sería el primero de los cortes para salvaguardar la integridad grupal. A todo esto, desde la unidad motorizada de
Patricio, se emitían
órdenes, contraordenes, disposiciones, decretos, peticiones de información, avisos varios, radiados por las ondas al resto de desamparados corredores. La nubosidad disminuía y el sol asomaba con timidez mientras los veloces y no tan veloces llegaban al fondo de
Rioseco y tomaban la ascensión hacia
Paraguezos, desde donde descender hacia
La Collada era ya un mero trámite, esta vez sin abejas. Dicen las malas lenguas que al pasar por la zona se oyen voces susurrantes... ...
(-“¡quitármelas...quitármelas...!!!”)), por lo que la zona se transita de forma más que rápida, el record lo marca
Rendueles, que no frena hasta que ve el asfalto, dándose manotazos en los brazos....
A las 12:00 (11:00 hora Zulu) se alcanzaba la zona de intendencia, y las tropas se aprovisionan de víveres sin problema, bajo una elegante carpa azul..
La División Pelaya, por otro lado, aprovecha para conferenciar en torno al vehículo de Pepe mientras degusta el aperitivo y los agentes de
la Benemérita toman medidas a la navaja del susodicho y excelente cocinero.
Una vez acabadas viandas y refrescos, se retoma la acción, pasando al ataque la unidad “Repechín” del exiguo coronel Fermín, que en su feroz avance olvidan en la zaga al intendente Oscar, que amenaza con futuros perjuicios hosteleros.
El ascenso a la senda del Bombero, se hace largo y empinado, y
el suboficial Alfonso sufre por mantener el ritmo de la caravana, se hacen necesarias algunas amenazas veladas y no tan veladas para que mantenga el cansino ritmo cansino. Suerte tiene que encuentra a un veterano soldado con problemillas en su montura
(cambio roto, cadena rota, eje trasero torcido, rueda doblada...casi nada, si le pasa a uno que yo se me, cambia de bicicleta...) y aprovecha la reparación para recuperarse un poco. A la par,
los sargentos Moya y Mancha responden como pueden al inquisidor radiofónico...
-“donde estáis-cuántos sois-cómo vais-donde están los coches-aparta Chema, que te atropellamos-Rubén para aquí-qué haceis...”...es inútil reducir el volumen de las radios...se escucha igual...
Desviado aquel infeliz hacía terrenos urbanos, y con un importante retraso en la ruta, el exiguo grupo corona
Lavandera para encontrarse con otro infortunio: uno de los participantes se ha enrollado un poco de alambrada en la lorza intermedia y la atenta doctora le cose los desgarrones para que no se le pierda la chicha; como para sacarle el casco hubo que usar palanqueta, se le traslada al lazareto más cercano a que le revisen, mientras se sube su jumenta y la del acompañante al
Carro de Combate Davidiano.
Solventados los asuntos, la retaguardia acelera y corona
Grandarrasa y Palmiano y desciende al
Rio Pinzales llegando en buena hora
(14:00 hora Zulu = 15:00) a
la Intendencia de
Peñaferruz, donde el resto de Brigadas ya apuran sus raciones de combate. Es de agradecer la atención de los pobladores de la zona, que suministraron infusiones calientes a aquellos combatientes necesitados
(...-”necesitados, Rubén, necesitados...tu vienes en coche, y suelta la botella de anís...suelta...dame...”).
La marcha seguía camino al poco, dirección Serín. A esas alturas, con mas de media ruta transcurrida,
el intrépido Marín, que en su vida anterior debió ser explorador
Sioux o Arapahoe, antes de que lo cepillaran los de su propia tribu, andaba atareado arriba y debajo, comprobando el despliegue, y, al otro lado de las ondas
el implacable Echevarria martilleaba a las fuerzas en emisión continua:
...-“donde estáis-cuántos sois-cómo vais-donde están los coches-aparta Chema, que te atropellamos-Rubén para aquí-qué haceis...”.
Los continuos subeybajas de la travesía ya habían mermado las reservas de energía de los reclutas, que tras vadear la autopista por el paso elevado de
Serín, afrontaban con resignación la subida al
Monte Areo. Es un ascenso largo y de pendiente enrabietada, sobre todo en su tramo final, donde el reportero
Paulino inmortalizaba a los sufridores.
La rampa (camino llano...jejej...) produce un descalabro general, sobremanera en las unidades finales, que remontan caminando la pista. Para alivio y respiro de los escaladores y de la totalidad del pelotón,
el de la emisora suelta el micrófono y ayuda a uno de los infelices.
La profesora de spinning de Acedo toma buena nota del comportamiento de su pupilo, que la abandona en medio del monte, siendo auxiliada por
Pedro y Pablo y Moya y alguno más.
El vehículo blindado desciende entre roderas de metro sin complicaciones. Ya solo resta un estrecho sendero, cuidadosamente recortado por el
Servicio de Jardinería de La Peña Pelayo, y que permite velocidades de paso elevadas a los que se atreven, y que desemboca ya en la
Parroquia de Monteana.
A partir de aquí, el relevo lo cogía
la Policía urbana, que custodiaba las tropas en su recorrido por la urbe, ante la sorpresa de algunas ciudadanas demasiado recatadas y con atuendos demasiado cortos. Tras paso por
Poniente, Ayuntamiento, San Lorenzo, con manifestación anti-gubernamental incluida y carretera
Villaviciosa, la cabalgata hace meta en
Las Mestas, con posterior entrega de trofeos y prenda conmemorativa, este año, verde.
--””Por Dios...por Dios...que le quiten el megáfono ya...!!””, exhaló Marín, intentando sin éxito silenciar el altavoz, que seguía emitiendo aquel chorro de voz de forma implacable...eran ya ocho las horas bajo aquel fuego sonoro, y el fluorescente comentarista no daba muestras de cansancio en su perorata...” ...-“donde estáis-cuantos sois-como vais-donde están los coches-aparta Chema, que te atropellamos-Rubén para aquí-qué hacéis-mirar a la derecha-mirar a la izquierda...”...
Enhorabuena a todos, nos vemos en la 20ª edicion de la VCG