jueves, 18 de octubre de 2018

¡DEIADAR MENDIAK! 2018!

Se les conoce como Montes Bocineros: Kolizta, Ganekogorta, Gorbeia, Oiz y Sollube.
Cinco cumbres históricas del Señorío de Bizkaia desde las que se convocaba a Juntas Generales, en tiempos pretéritos cuando todo era más serio, resonando estruendosos cuernos de llamada…cuyos sonidos atravesaban las diferentes merindades, avisando a la ciudadanía de la proximidad de la Reunión.
Pero este año, el sonido es diferente…con un lamento profundo, potente…alargado como una letanía oscura y misteriosa…¿a dos voces?…el reclamo acústico suena extraño…aguzando un poco el oído se pueden percibir los variados armónicos que lo componen…que lo definen…que lo…¡¡¡CARAJO!!! Pero…¡¡si está diciendo algo!!!...¡Ay Madre!…no…no es posible…
 ...REBEEEEEEEEEEEEKAAA !!! 
310 kilómetros y tres horas de viaje para escuchar esto…la sombra de Haro es alargada...¡carayo!
Era la ruta foránea y generalista de este año. 
Auspiciada por el siempre excitado e irreverente Marino y ayudado en esta ocasión por tres grandes conocedores de la zona: Andrés, Jaime y Daniel, del  Araba Bike, íbamos a disfrutar de unos parajes extraordinarios. Y ¡solos no los íbamos a dejar!…
De la inundación del año pasado por aquellas mismas tierras, sobrevivían, además del citado hidroeléctrico, sus compañeros Lalo y Barquín, rodeados por una buena representación de las fuerzas Pelayas…aquellas que devastan las tierras y secan los mesones a su paso: Yoli y Vanesa, como cabezas de lista, Lledó y Echevarría como foráneos y el resto…Joaquín, Ángel, Roberto, Félix, Victor, (el sobrino riojano de Ángel) y este que pena.
Se echaban en falta algunos indispensables en las cruzadas exteriores: Marín, Venta, Guzmán, Pau, Pablo...pero donde manda patrón, costilla, vástagos o congreso…no hay nada qué hacer, salvo echarse a llorar y darse a la bebida…
La sede se establecía en Murgía, limpio y aseado pueblo alavés donde los haya… (tres bares, dos hoteles…Ay…), al que  iban llegando los participantes, con más o menos concierto.
Marino, que estrenaba fragoneta...y según parece…control de velocidad aleatorio, provocaba algún que otro exabrupto de su cohorte  de seguidores, que dudaban entre adelantarlo o echarlo fuera de la autovía…, hasta que lo abandonaron a su suerte por las carreteras vizcaínas, para que molestara a otros. 
El resto, Gordejuela, Roberto, Barquín y Cia y Yoli, aterrizaban en el hotel sin mayores dificultades que lidiar con los radares bilbaínos.
Mientras tanto, en Murgía, la avanzadilla de las tropas, el duo letrado-comercial, ya hacía un buen rato que asediaba las tascas de la zona, reconociendo el terreno para la noche- No tuvieron tiempo ni para acercarse al hotel los bandidos, que luego vinieron metiendo prisa…
La tarde se iba entre descolgar las monturas, bajar los equipajes (algún día habrá que dar un tutorial de qué equipaje llevar para un fin de semana…de dos días…)) ,repartir las habitaciones y observar como el presumido de Echevarría manejaba su minicoche a distancia…de móvil…
Se imponía mas tarde una buena y selecta cena en el mismo hotel, recomendado por los críticos del año pasado y una corta ruta nocturna a la que solo asistieron los adultos, repartiendo alaridos por la noche alavesa…

..REBEEEEEEEEEEEEKAAA !! ...(Tierra, trágame…)
Al día siguiente, después de un opíparo desayuno, y con una mañana clara y algo fresca, llegaban los guías autóctonos, los cuales, ya antes de salir y visto nuestro estado de revista y la calma en las preparación previas: que si agua, que si voy bajo, que si no me frena, que si quién lleva walkie…que si donde está Joaquín…(en fin, lo de siempre por estos lares) recortaban la ruta unos buenos kilómetros…amén del desvío previo por mor de la berrea oficial, que los ciervos son muy susceptibles en materia de amoríos…
Comenzábamos la ruta saliendo de Murgia por unos amplios pastizales y tras dejar el pueblo de Zarate a nuestra zurda, nos internábamos en el Parque Natural de Gorbeia…palabras mayores señores.
Protegido desde 1994 por el Gobierno Vasco, sus caminos, pistas y senderos, de piso llano y cunetas limpias, son un ejemplo para el resto de parques y en especial, para alguno más cercano. 
Sus bosques, plagados de hayas, robles, alisos, sauces, fresnos…están limpios e inmaculados, sus campas…bueno…créanme sus mercedes que maravillas vi y envidia sentí y digo y no digo más, que se me arriscan los hígados y eso no es bueno para mis humores. 
Solo de pensar en nuestro solitario Parque Nacional, abandonado a su suerte, y cuyas restricciones acabarán a la postre con él..a diferencia de los situados en otras latitudes mas...prácticas...
El caso es que allí estábamos...extasiados y disfrutando como gorrinos en barrizal, aunque el barro ya lo habían catado con demasía el año pasado. 
Iba el compañero Manuel algo perjudicado, en las primeras fintas, de los excesos del desayuno matutino, que lo traían en un tris de devolver, y no metafóricamente, todo lo ingerido de más…Pero no llegó la sangre al río, ni los croissants, bollos, tostadas, zumos, embutido, platanos y cafe a la pradería. 
A los pocos minutos el bancario olvidaba sus males y tomaba las primeras posiciones a las que nos tiene acostumbrados…entre quejas, claro.
Los primeros compases por el Parque se antojaban sorprendentes, pasando de veredas amplias y luminosas a las oscuridades sombrías de un bosquete de robles, que obligaban a quitarse las gafas, so pena de enderezar la dirección contra alguno de ellos.
Aunque las rampas todavía no exigían demasiado, los puestos se iban completando…al frente los de siempre…qué cansinos sois…Electromán, Yoli, Vane, Roberto, Lalo y los oriundos; el terreno intermedio era propiedad de Félix, Joako, José María y Angel, y protegían la zaga Víctor y este que escribe (dos semanas de antibióticos y calmantes tenían la culpa…) Marino a lo suyo, de picaflores…
Es tal la energía que rebosa este individuo que lo mismo se hallaba peleando por la cabeza del pelotón que dando la tabarra a la retaguardia…y vive Dios que doy fe de esto 
último...no sabía si me dolía la cabeza por mi males o por escucharlo!!!
Por otro lado, el día se despejaba de nieblas y rocíos y el sol apretaba de lo lindo, que este verano se está haciendo muy largo. 
Los bidones y camel`s se secaban y nuestros cicerones buscaban fuentes por todas las esquinas de la ruta..
Aquellas tierras, semejantes a las nuestras en color y humedad, aunque menos agrestes, difieren bastante en los nombres, y es que al habla recia y directa de allí, se unen los nombres sonoros y atravesados de la zona.
Cuentan los instrumentos que una vez pasadas las alturas de Arandui y Saimendi…(estos eran fáciles…), fuimos pasando por Txabolabarria, Akesto, Baitxolaga, para cumbrear hasta Arimegorta (913m), donde comenzaría una larguiiíisima trepada de 7 kilómetros en Makazmendi; llegando a Otatxagane, Atxarmineta, y a la ermita de Pangomakurre, desde la cual el camino nos depositó ya directamente en la campera de Arraba, (Bueno…a mí la verdad es que me tiro sin más contemplaciones…), donde algunos ya pedíamos la hora y otros el vermuth. 
Ascensión larga y sin descanso, rampas del 18-19…23% que marcaba el odiado ordenador. Y no hay cosa que mas relaje, que ver allá a lejos, a un mundo de distancia, a la cabeza de tu escuadra, sin otra compañía que el cric-cric del pedalier, el sonido de las piedras bajo tus ruedas, el…
 ...REBEEEEEEEEEEEEKAAA !!! …Marinoooo!!! Por Dios...que no tengo más piñones!!!
Un ciento de rampas infernales después…el refugio nos esperaba con los menús tan
ricamente encargados una semana antes: ...decenas de mensajes vía whatsapp…escogiendo, seleccionando, decantándonos por un plato u otro!!!…que si combinados, que si bocadillos, que si cerveza, que a mi agua, el mio con pisto….blablabla...que  nunca un chat tuvo tanta polemica..¡para quedarnos sin pimientos, sin patatas…, y a poco que nos despistáramos…sin cartera!!!!...bueno, por lo menos el vino estaba fresco.
(Una pregunta…las sidras aquellas…¿las pagamos???)
Luego de unos cafés de manga y recuperadas las fuerzas, el recorrido giraba
hacia el Sur, rodeando la peña Gatzarreta
El rodeo tenía una primera fase de ascenso por un canchal…complicado…bicis al hombro o del ramal y Barquín jurando en arameo y con la barba tensa todo el tramo, para después dar paso a unos escalones de muy mala factura. 
Una vez rodeada el risco aquel, el camino se tiraba montaña abajo por una pista tapizada de grueso balasto que ponía nuestros nervios a prueba, y nuestros corazones a tope,  solo eran 2 kilómetros…pero cuanto nos cundieron, señores…no hay ni fotos!, a la cámara de vídeo se le caía hasta la batería…a ver quién era el guapo que podía parar en aquel pedregal!!!
La vía férrea sin railes terminaba en Urraxa y tocaba ascender otros dos kilómetros (es lo que tiene esto de la Btt, nunca se queda uno a gusto…) hasta otra peña de nombre impredecible y mucho menos impronunciable. 
Pero el final de los repechos estaba cerca; a las alturas de Argindegorta, la ruta afrontaba una larga pendiente para encontrarse con el rio Baia
Descenso nada complicado…buen firme, pista ancha sin roderas, curvas suaves y peraltaaadas...babababaa…nada que temer,
excepto que se te ocurra soltar el manillar, cosa que hizo el bueno de Ángel, aterrizando en el cotoyal más cercano. 
Digo aterrizando porque aquellos que vieron la maniobra desde el Menhir de Arlobi, donde ya estábamos la mayoría, lo vieron con las piernas por el aire cual timón de cola de aeronave. 
Una vez abajo, el asunto quedó en daños menores: un guardabarros en la mochila, un casco un poco torcido y unos cuantos raspuñones en rodillas y brazos que, con la dureza habitual del abuelo, se empeñaría en mantenerlos al aire.
A partir de aquí las cosas mejoraban, tras cruzar el riachuelo y recoger el móvil de Víctor, que en los descensos resurgía cual pato porronero, solo restaban unos diez kilómetros hasta el hotelico y no se vislumbraba ninguna rampa mas, que íbamos ya bien servidos. 
En franco paseo veraniego, serpenteábamos ya a la altura del ibaia, acompañando a grupos de excursionista pedestres. 
El Baias, de carácter tranquilo y pausado, nos regalaba una sorpresa a los pocos metros: Una buena poza de aguas frescas en la que algunos despejábamos tan ricamente el polvo del camino (por supuesto, uniformados…no como en otra execrable poza, de cuya imagen no quiero acordarme..ultima pagina de las segundas memorias…).
Desde aquí solo restaba un ligero y entretenido paseo hasta el pueblo de Sarria, donde reposaríamos en una bonita terraza y a continuación llegarnos hasta el Hotel. 
Dábamos fin a una excursión perfecta, con unos batidores que nos enseñaron un paraje extraordinario y envidiable. 
Parábamos los contadores en 53 kilómetros, 1800 metros de desnivel y una velocidad media de…9,23 Km/h…¡¡¡estoy hecho un chaval!!!!
Llegaban las despedidas…Roberto que se iba…Yoli que no se quedaba, Víctor que se volvía y nuestros tres queridos mentores, Andrés, Daniel y Jaime que nos dejaban con una gran sonrisa…
¡¡Muchas gracias!!!, es difícil expresar en palabras el recorrido tan maravilloso que nos preparasteis…aunque claro…con aquellos andurriales…ye facilona la cosa!!!. 
Gracias nuevamente, estamos en deuda con vosotros…Ya vendreis por aquí..ya...
Tocaba entonces retreta general y retirada a las codiciadas duchas. 
Y un poco más tarde…para alguno mucho más tarde, que más que ducha pareciera que tenían jacuzzi, con sales de La Toja, en la habitación…y con la tarde languideciendo, la escuadra inspeccionaba uno de los mesones más alejados…con fuerte olor a añejo…(a porro, me sopla Yoli…) bueno, pues eso, que salimos de allí muy contentos y no por la invitación de Juanjo.
Felix, quiso indagar en el otro Hotelito, a la sazon ocupado por un bodorrio…y quedamos en volver más tarde, pero debieron cogernos respeto, porque a nuestro regreso, no estaban ni las mesas…
La cena en el Hotel cumplió expectativas de nuevo, y la sobremesa llevaba a algunos a tornar por otro de los baretos cercanos, regentado por la gentilREBEEEEEEEEEEEEKAAA!!! 
…NO, no, no, ¡Rut!, se llamaba la gentil moza, de lineal flequillo, que atendió solicita nuestras peticiones, hasta que se vació el bar y nos trasladamos al otro que quedaba, el de la boda fugada. 
Pero la noche refrescaba, las sombras desaparecían (que se apagaban las luces!!!..) y uno a uno volvíamos a nuestros aposentos, calentitos y acogedores.
La mañana del domingo amaneció tranquila; Tan tranquila que algunos llegaban al desayuno en zapatillas…y es que en ese hotel se duerme muuuy bien. 
Los saludos en el comedor eran guturales, el que no estaba ronco, era porque no hablaba…y amén de una excepción (gracias Yoli por mantener el decoro de la Peña…), la cola del café parecía la procesión de la Santa Ojera.
Había dudas en la planificación posterior…; la oferta de coger las jumentas de nuevo y subir a Gorbeia no convencía a nadie, la de visitar una bodega de txacoli tampoco, la excursión a la cascada de Uguzpe cayó en el olvido, y además no tenía agua.
Asin que nos dividimos en tres grupos…mientras que por un lado Joaquín y Félix turisteaban por la zona, Yoli y Manu irían a la playa ( ni turismo ni playa, ni nada…al final acabaron los cuatro en los bares de Bilbao…), por el otro, Marino y Lalo, Angel y el menda cogerían camino de Gijon. Echevarria y LLedo, por sus partes…ya habían derrotado, ajenos al debate,  hacia sus cuarteles de invierno, uno en las Castilla y otro en los Madriles.
El resto es ya conocido…autopistas radarizadas (cagon ellas y el cinemamómetro endiablado!!!!), control de crucero anárquico de la melocotonera de Marino y corbatas en Unquera. 
A la hora de llegada a Gijón, en Bilbao empezaban el txiketeo...y Yoli sin playa…

Pues creo que está todo…todo de lo que me acuerdo…de nuevo, muchísimas gracias a los que hicieron realidad esta maravillosa ruta: Andrés, Dani y Jaime por su acompañamiento; a Marino por su logística impecable (y por su compañía en las cuestas), a Pepe (en la distancia) por revisar el track, y por supuesto a esta tierna e impagable caterva de amigos que se juntaron para disfrutar de un fin de semana extraordinario…ale y si fuera el whatsapp, insertaba corazones!!!
Muchas gracias a todos…
Ah...se me olvidaba...:
..REBEEEEEEEEEEEEKAAA !!



domingo, 15 de julio de 2018

VCG XXV VEINTICINCO AÑOS DANDOLE VUELTAS A LA COSA

Cuando éramos unos  jóvenes  imberbes y alocados, disfrutando de  los últimos años de la adolescencia, solíamos mirar con admiración a aquellos “adultos” de veinticinco años que caminaban por la vida con una seguridad tal que se nos antojaba inverosímil para nuestras tiernas edades juveniles.
Eran personas ya (¡¡paisanos!!!), en todo el ámbito de la palabra, capaces de afrontar cualquier desafío con una valentía y descaro envidiables, como si ello les viniera de serie. Y ansiábamos llegar a esa edad, la de los veinticinco. 
Y llegábamos claro, luego de pasar por pantalones de pata ancha y jerséis de cuello de pico, por castellanos de borlas y pelazos cardados…….era un peaje que hubo que pagar. 
Pero conseguíamos  ser adultos…o eso creíamos nosotros...
Y viene todo esto al caso de que la ha cumplido esa edad es nuestra querida Vuelta al Concejo de Gijón.
Dos décadas y media después de su primera excursión desde El Corte Inglés, se ha hecho adulta…ha alcanzado la edad perfecta, que dicen los entendidos…¡la edad de oro!...(bueno, esto lo dice la MTV).
Ha sido un crecimiento no exento de dificultades, y es que una ciudad grandona como Gijón impone sus propias reglas (además de  las del PDM, pero eso es otra historia), en forma de pérdida masiva de caminos rurales, sustituyendo la tierra pisada por capa asfáltica o de hormigón.
Así, desde las primeras vueltas, con una mayoría aplastante de suelo “vegetal", hemos pasado a tener solo unos pocos metros de sendas, que nos obligan a dar vueltas y vueltas y más vueltas en busca de terrenos sin cubrir por el manto bituminoso .
Y este año…este año… ¡el asunto se nos complicaba!, con una masiva  pérdida de caminos a pocas semanas de la ruta y un sinfín de chaparrones y  aguaceros, que retrasaba las labores de marcaje hasta los últimos días…¡poniéndonos los nervios a flor de piel; tal sería así, que a nuestro geógrafo a tiempo parcial, un hombre de espíritu tranquilo y sosegado, se le han multiplicado las canas!!
Hubo que echar mano de las buenas gentes de esta Casa, que aprovechando los resquicios que dejaban las nubes, salían a marcar en la última semana antes de la convocatoria, eludiendo chaparrones, perros y aldeanos celosos.
¡Y llegaba el gran día!...nublado y con el típico bochorno gijonés.
Como viene siendo habitual, los vehículos de apoyo,  se nutrían de antiguas figuras del ciclismo, echadas a perder, eso si…a los ya habituales Nacho, Patricio y Echevarría, estrenando, estos últimos, sendos vehículos cedidos por Ford, se unían, en diferentes calesas: Barquín, Paulino, Ruben Epic, Willi y Marino, que aducía presunta lesión pernil.
A la cabeza de toda esta sinfonía de carricoches aparejaban Don Fernando Peinador y el ilustre Barcaiztegui (Pepe Marín…), rabiando este por no poder acompañar a las huestes ciclistas a lomos de su jumenta.
¡E daba comezo a rutiña!, que diría un galego. Un poco mas colorida que lo habitual, merced de unos vistosos maillots conmemorativos, y muy bien dirigida en cabeza por los alpinos Fran, Junco y Eugenio, que sacarían los colores y los pulmones a más de uno; Ramón se incorporaría a media mañana, para relevar al trío y mantener la velocidad…(la suya, que el resto iban a media hora).
Como fuerzas mercenarias independientes, mercadeaban por la zona Pablo Gruñon y Hector, fieles a su estilo endurero, y en tramos intermedios vigilaban los incansables Gelu y Jonathan.
El cierre era propiedad del veleidoso grupo de cola, formado por insignes del pedal…Sr. Gordejuela, Sr. Montalvo,  Sr. Guzmán  y Sr. Mancha…el letrado Lledo quiso unirse al principio, pero no paso las pruebas, por lo que continuaría su marcha, y el señor Rafa huiría después de La Llorea en busca de mayores  metas.
Viesques, La Ñora, Deva,  ocasionaban los primeros retrasos, las rampas eran pronunciadas y los caminos estrechos. El pelotón llegaría al reagrupamiento del campo de golf sin mayores problemas. Desde allí, la ruta se endurecía: tras una aproximación por Deva, se ascendía “La Casa de la Radio” para desayunar en el área recreativa bajo el “depósito”.
A partir de aquí y tras un vertiginoso descenso por la cuesta de La Vaca, se entraba en la zona de Quintana, lugar de repechos imposibles.
En aquella zona abandonaba, entre otros, el barbado Guzmán, preso de molestias estomacales (algo dijo de su barriga..).
Pero las rampas eran duras, Gelu apenas daba abasto para empujar fieles y el grupo de cierre encadenaba retiros con averías, solucionadas por ese encanto de mecánica que es Úrsula. 
A las alturas del Picu El Sol, los zagueros recogían a un solitario Acedo, que soltaba sapos y culebras por la boca…tras llevar una hora en el cruce sin que nadie le diera la alternativa…como Antonio es de buen trato y mejores chistes, dimos bien en permitir que se uniera al grupo, en donde también encontraba acomodo Edu.
Jonathan, inmenso, incansable imparable!! y sobre todo, inocente, preguntaba, en aquellos mismos momentos, al Manager General si nos acompañaba o si cogía la ruta larga…a lo que el líder, cómodamente reposado en su Ford Kuga 2.0 TREND SINC2, respondía.: “La larga, por supuesto”…Y no volvimos a ver al pobre Jonathan hasta la llegada…
Los GPS indicaban las 14:30 horas y, mientras las primeras unidades ya reposaban hace un buen rato en Peñaferuz, lugar de almuerzo, el clan Gordejuela descendía por La Madera, lejos…muy lejos del lugar de almuerzo escogido; sin agua, sin víveres y casi sin fuerzas. 
Gracias a que encontraron una buena fonda donde reponer lo perdido...bueno, lo perdido y lo que habrá que perder...¡qué peligro Felix!!!.  
Fonda, por otro lado, ya conocida por la tropas de élite Ford Kuga, a quienes tuvieron que echar de allí bajo amenazas variadas en tono y disposición.
Pocos minutos después, a dos montes y mil rampas de distancia, y una vez cargadas las baterías de las e-bikes, moda esta que prolifera como las plagas bíblicas…el grueso del pelotón iniciaba la marcha, descendiendo la larga y sinuosa cuesta de la Formiga.
Y fue en estos predios donde el noreñense Florín, hombre recio y sólido donde los haya, quiso buscar 
los límites de la adherencia gravillera, saliendo despedido por encima de su montura y aterrizando en el barro como un hombre bala…la cabeza por delante.
Después de unos momentos de incierto desconsuelo (ni hablaba ni gesticulaba, raro en él) al cabo reaccionó y, tras un par de muecas que espantaron a los presentes, dijo que continuaba.
Hicieron falta el médico, la sanitaria, los directores y otros cuantos para convencerlo de lo contrario. –“La T4 tocada y una costilla rota”, decía Floro en las redes unas pocas horas después…las enfermeras decían otras cosas…no reproducibles, claro.
Al cansado pelotón solo le quedaban ya los accesos al Monte Areo, sutilmente evitados por unos cuantos guías espabilados, que disimularon por Monteana, para presentarse en el inicio del recorrido urbano, la Bascula de Veriña, donde nos esperaba la policía municipal para acompañarnos en el paseo por Gijón.
El resto iba a seguir el guión de otros años, llegada a Las Mestas, reunión de los supervivientes con familiares y amigos y entrega de premios y diplomas a los homenajeados.

Y hasta aquí la XXV VCG

Como siempre, pero este año más si cabe, hay que agradecer el trabajo de todos los guías y voluntarios que se esforzaron en marcar rutas, proteger cruces, dar relevos a sus compañeros y ayudar a todos los participantes, de una forma u otra.
Quiero recordar y recalcar aquí, que sin la colaboración de todos ellos, de todos vosotros, la Vuelta al Concejo no hubiera llegado a cumplir estos renombrados y adultos veinte y cinco años.
 Y es justo reconocer, en estas mismas páginas, la labor realizada por los integrantes de esta Peña, veteranos y noveles, en la consecución de este objetivo, que no es otro que el de rodar por los caminos de Gijón en compañía de amigos, a lomos de nuestras bicicletas.
Y, por supuesto, gracias a todos los participantes por confiar en nosotros año tras año.
Gracias a todos vosotros.


Pd. La XXV VCG finalizaría en las Mestas, pero la fiesta nocturna de algunos no se sabe donde acabó…

jueves, 4 de enero de 2018

2017, EL AÑO QUE PERDIMOS LA VERGUENZA

Si hubiera que caracterizar al año pasado, el 2017, de alguna forma, el adjetivo
que se me viene a la cabeza es el de veleidoso, cambiante, ¡frívola! (Huy se me ha escapado…)…donde en la misma semana podías pasar de un ambiente cálido y sofocante a otro gélido, ventoso y encharcado; y escribo esto cuando a primeros de Enero los termómetros se pasean por los 20 grados veraniegos, como si fuera la playa de Benidorm, a la vez que se alerta de un descenso de temperaturas para mañana!!..¡Aaah, qué voluble!
También ha sido un año de borrascas mensuales,  aunque ahora se les llame Ciclogénesis Explosivas, que parece que da más canguelo: temporales que llegaban de improviso, armados de viento y agua y que desaparecían en unos pocos días, tras dejar los caminos como barrizales y las botas de invierno en el horno, secando…
Revisando la libreta de apuntes, uno se da cuenta de que no hemos parado, bueno, excepto cuando caían chuzos.  
Desde las comarcas mineras, a las que es tan aficionado esa plaga divina que nos ha caído encima, en forma de geólogo, llamado Pepe, (socio amado y odiado a partes iguales por la mayoría de esta Peña, dependiendo del momento de la ruta, todo hay que decirlo) a las costeras, pasando por incursiones en provincias cercanas…y no tan cercanas.
También, aparte de galernas, hemos recibido la feliz llegada de nuevos socios, ahí están los Jonathan (bueno, este por los pelos…), Vanessa, Roberto, Sergio, Javi, ¡Jandrín! (pero  este… ¿no era socio ya?)…¡cómo andan los condenados!!.
Y ya que hablamos del rendimiento deportivo, señores, ¡esto no puede ser!, que los del pelotón de cola andamos derrengados, exhaustos, ¡¡acabados!!! 
Entre las bicicletas flacas, que tan buenos réditos dan a sus propietarios (a los que las utilizan) y las eléctricas, ¡mal rayo las parta!, el pelotón de los torpes las pasamos canutas para llegar al final de las rutas sin sobrepasar nuestros ritmos cardiacos. 
Luego alguno dirá que no entrena. !!mentirososos!!!
En un día normal-normal, acércate a  la carretera de Villaviciosa; está ocupada por esa panda de
jubiletas felices que van a tomar el café día sí y día no a la villa, Patricio, Tino, Calo…vamos ni acercarse…80 kilómetros diarios se hacen los benditos; por el otro lado, La  Madera es el territorio de carreteros humildes, Joaquín, Toni, Roberto, Josmar, Jonathan, el Sergio…
Venga, vamos pues en dirección a Candas…la cuadrilla de Marcelino, Richard, Paco Fran te espera…
Vale, pues me quedo en la playa...¡Coñe! Fernando, Yoli, Ángel!, pues voy a salir un domingo…hola Felix, ¿qué tal?
No puede ser, me largo hasta León, que aquello está lejos…¡RAMOOON!!!, y no te acerques a La Pola, no sea que te cojan Fran y Junco…
Va a ser que no, mas te vale tirar la bicicleta a un matu y dedicarte a caminar…
Oh, Cielos..el Juanjo!!!
En el tema competitivo, aparte de las innumerables copas y medallas que gana, carrera tras carrera, Yoli, este año contamos en las filas con todo un Campeón del Mundo Mundial, nuestro modesto Guti, que recordando épicas gloriosas de los Tercios de Flandes, les ganó a los flamencos de Bremen (no, Bremen no, que allí era los de los músicos aquellos) de AMBERES! el preciado trofeo. Bravo Guti!, y enhorabuena Eva, por la parte que te toca.
En el tema hospitalario, no constan muchas averias…un dedo dislocado de Julio, unas costaladas de Benja, algo normal, de Pepe y de Jonathan; Sergio se operaba de menisco y algo más, en un oscuro afán de emular a Ramón, y Josmar exhibía un aparatoso vendaje en su pierna, fruto de un esfuerzo inoportuno.
De las rutas casi no hablo, están todas en el calendario, hubo encerronas, sartenazos y mega sartenazos: como el infausto día de Cotobello, sudores me entran al recordarlo; o aquel día de unos tristes 36 kilómetros donde hubo que llevar el bocadillo, o le de la del Cordal de Los Llanos donde hasta Juanjo se quedaba sin batería, la llamaron La Irrepetible, ahí queda, con valentía.

Por otros lares, Tobit se llevaría a unos cuantos a disfrutar del Soporrotún de San Vicente de La Barquera; Saúl visitaba tierras Pirenaicas en dos ocasiones, en la última le acompañaría Pablo y este aprovechaba un vuelo en parapente para repartir su desayuno por  medio territorio aragonés…; Ángel, el abuelo inagotable, se marcaba casi 800 kilómetros en la Ignaciana,
desde Loyola hasta Manresa; En Junio un puñado de valientes: Gaby, Blas, Pepe y Nacho se iban a la Irati, acompañados de un inconsciente y en Octubre los diestros Zarate, Gordejuela y Marín organizaban de nuevo, y van dos, un maravilloso fin de semana en Haro, entre viñas, caldos y bodegas…algo de pedaleo también hubo.
Por supuesto Julio trajo la Vuelta al Concejo, ¡la número 24! Una ruta preparada en corto tiempo, y dado el lugar donde tuvo lugar la reunión… pues no salió tan mal, que menuda fauna se juntó en el mesón.
Pero si hay una fecha que quedará en los anales de esta Casa es la del seis de Agosto: Años, qué digo años, lustros de presentar una imagen digna y elegante se iban al traste en un momento.
Se perdían para siempre el decoro, la presencia, la honra,…la decencia, ¡cochinos!, en una triste poza de inmaculada agua, mancillada desde entonces para siempre. 
La ruta transcurría por los monte de San Isidro y alrededores, y dado que el clima era sumamente veraniego, a los presentes no se les ocurría mejor cosa que bañarse en una poza cercana…hasta aquí todo bien, hasta aquí. 
El problema vino cuando  ninguno de los presentes portaba bañador o similar, y claro…no iban a mojar el uniforme…noooo. 
Qué vergüenza, un grupo de adultos, tal y como los trajeron sus Santas Madres al mundo y retozando en la charca…y encima inmortalizaron con gran orgullo el evento!!!...Colorao me pongo todavía!.
Cerraríamos el año con la colocación del Belén y con el  triatlón de baile de El Faro del Piles, organizado por ese castigador conocido como Marino, cuyas hazañas en la pista y fuera de ella darían para otra crónica.

Y con todo esto, y superando otra ventosa borrasca de nombre Bruno, cerraríamos el año 2017, disfrutando de un sencillo paseo costero por Luanco, Peñas y Verdicio, patrocinados por el siempre cordial, dispuesto y generoso Echevarría.

Mis mejores deseos para todos y para este año 2018, un fuerte abrazo


Pd. Para este año que comienza, nos hacemos mayores, la Vuelta  al Concejo de Gijón cumple un cuarto de siglo, las bodas de plata, 25 añitos que se dicen pronto. 
¡Qué mayores nos hacemos! 

Pd 2...Querido Pepe, la hoja de parra es cortesía de un servidor...que te pillaron despistado...mira como algunos se esconden en las zarzas...