miércoles, 30 de julio de 2008

II Vuelta a las Bodegas (Benazolve 2008)

BENAZOLVE PRESS

Últimas noticias DESCUBRIMIENTO DEL COMPORTAMIENTO LUDICO SEXUAL DE UNA RARA ESPECIE

Se ha descubierto un complejo mecanismo en la excitación sexual del homo ciclus. var Pelayus betetero muy similar en el resto de los homínidos pero que se manifiesta en una única jornada lo que al resto de los citados simios se produce en toda su vida sexual activa (bien pudiera ser pasiva).

El mencionado homo ciclus var Pelayus betetero a partir de ahora y para abreviar HC pb, tiene una curiosa cita anual en tierras del norte meseteño, concretamente julio y Benazolve. Allí y en parejas, de uno en uno y hasta incluso en tríos, van acercándose a primeras horas matinales a las pradera escogidas, De manera casi ritual, parsimoniosa, el macho ciclus var Pelayus betetero, engalana su cuerpo con brillantes colorines para atraer las posibles (a veces, casi siempre imposibles) hembras, de su variedad, de su especie o de lo que sea. Ante la atónita mirada de sus congéneres monta, lubrica y exhibe su aparato de placer. Lo acaricia con dulzura, el resto de la manada se acerca y atusa, compara, envidia “la mía lo tiene doble” “la mía rígida hasta la bola “…” la mía la traigo de lejos”… Con estos, sus cantos, emprende la marcha contando anécdotas, de sus últimas batallas sexuales. Son los años de la juventud en otras especias no bicicladas, Los días de me como una y cuento veinte….

Empiezan las primeras batallas, el masculino rodado acomete sin esfuerzo todos los montes de Venus que se le pongan por delante, (o por detrás) aprieta los machos y da ese último golpe de riñón que le afamó tanto en el cercano pretérito. Pasan los kilómetros, para otras especies serían años, las oportunidades escasean y nuestro masculino pedaleante aprovecha con pericia del que sabe, las oportunidades que se le ofrecen, ya no son las jóvenes rampas, salvajes ávidas de energía con rutilantes cigüeñas que se extasían sólo con mirarlos, las largas rectas precisan del saber engranar los piñones a las catalinas o como se llamen), se disfruta de cada roce, tal vez sea el último. Ruedan las carreteras y rueda la vida, oportunidades se tiene de probar con ovejas, rizositas, calientes… pero el joven betetero, opta por darles la espalda, previamente tomaron el móvil, del bucólico pastorcillo, que nunca se sabe. A lo largo del camino, como en la vida le sucede a todo bípedo no rodador, hay que utilizar a libre albedrío, y propio instinto, el brazo, la mano salvadora, y en un sube y baja rítmico, pero no revuelto lograr a propio antojo la presión adecuada para liberar tensiones tan molestas en el apoyar del estrecho sillín. Los congéneres esperan, e incluso alguno echa una mano, es tan gratificante estar acompañado.

Rodando rodando la energía se va agotando, Un exquisito piscolabis en Valencia reanima fuerzas, y se aprovecha para comentar la jugada: “Yo tres en sin sacarla” “Todavía no puse el piñón a funcionar, que ya verás” “Las gomas nuevas que tengo miedo a dejar huella”. Momentos de palabrería y de intentar subir a lo más alto en un orgasmo corto pero intenso, unos no llegan, otros se pasan. Se rula, se rula mucho, el paisano ya no es paisano, y si algo quiere, fácil no lo tiene, ellas no se lo dan, son las horas del sol en lo más alto, el páramo en su esplendor, miles de metros se extienden en derredor. Sangre sudor y polvo, el bettero cabalga.

Pero de polvo, lo que se dice polvo, nada. Son los años duros, difícil el ligar, difícil el pillar… Un último consuelo la meta está cerca y como cisne que conoce su fin, el Homo ciclus var Pelayus betetero, retoma aire y da su sprint final. Su vida sexual no ha terminado, (del todo) se convierte en ser acuático y se luce ante alevines femeninos de las tierras leonesas, se chisca, se moja, abate sus extremidades, bucea, se confunde con vulgares anátidas, pero no fallece, su miembro reproductor aún late en la baca del coche, lo palpa, lo tranquiliza, duda en encabritarse sobre su lomo… pero prefiere retirarse a los cuarteles de invierno y cuan horda de coléricos celtas, se introduce en las guaridas a dar buena cuenta de las cazas abatidas y narrar a los suyos las lides, las batallas, Porque el homo ciclus var Pelayus betetero, ante todo come, ante todos bebe, y ante todas se rinde.

En BENAPOLVEZ julio 2007

Her manu