lunes, 4 de junio de 2012

Mi Soplao 2012


Efectivamente, si,  el infierno existe. Os juro que lo viví en mis propias carnes. Yo hice el recorrido completo (creo que solo lo hicimos 1000 chiflaos), no me pillo el corte de la organización, pero estoy muy, pero que muy arrepentido de ello pues puse mi pellejo en juego. Os relato, (con permiso de Don Arturo de la Mancha...faltaría mas Don Rubén...) un poco como fue lo mío en el Soplao para que os hagáis una idea de lo que no se debe hacer nunca y por qué:

Tuve la "suerte" de salir delante, yo diría entre los 500-600 primeros. Se salió muy rápido, no llovía pero Eolo, Neptuno, Thor y toda su corte celestial amenazaban desde el cielo. Empezó a llover, creo..., al pasar la subida de La Cocina (menudo tapón se formó allí...). Antes, en la bajada de San Antonio vi pasar a Fran y poco después a Chema, como auténticas balas. En la subida al Soplao me pasó Junco, pregunto que tal me iba, le dije que bien y tiró para arriba ligerito (Jo... Fran lo has dejado al chiquillo más fino que un mondadientes)...parada en el avituallamiento y para abajo a rebozarse de ese barrillo rojo típico de la zona.
En seguida llegue a la subida del Monte AA, allí ya llovía poco, recuerdo llevar los pies secos todavía (menudo test para las botas Shimano de Gore, chicos, del Moral para adelante a las 3 horas de lluvia continua mis botas pesaban como 5 kilos, agua embarcada a tope). En seguida llegue a Ucieda, menudo ambiente había en el paso por el puente, mucha gente pese al día.
Llegue al avituallamiento de Barcena y parada otra vez, estaba mojado, pero recuerdo que no mucho, como y bebo, pues el llevar chubasquero es un peligro porque sudas mucho, transpiras poco y te deshidratas como no estés al loro. Comienzo la subida al Moral sin lluvia, a los pocos kilómetros comienza a llover y veo que por la izquierda baja mucha gente en retirada, me cruzo con Chema que se da la vuelta y me quedo pensando en si no será buena idea (que inteligente decisión, Chema que bien hiciste), a unos 3 kilómetros de coronar, ya no llueve, pero pincho de adelante y con toda la incomodidad, lleno de barro y agua y con las manos arrugadas me pongo a faena y cambio la cámara, (echo mas de un cuarto de hora pues me costo un huevo destalonar la dichosa cámara Maxxis nueva...). No tenia mas cámaras de repuesto, lo que me comió mucho la cabeza, pues uno de mis temores era pinchar otra vez y tener que mendigar una cámara o volver a pata con la caía. Al ponerme en marcha no llovía y pareció por un momento que iba clarear, con lo que coroné el Moral y decidí tirar para abajo (craso error). Al acabar la rápida bajada me cruzo con el primero que comenzaba la subida de vuelta. En ese momento comienza a llover de nuevo, continúo con algo de cansancio acumulado y paro en Barcena, de nuevo como y bebo y afrontó la larga subida de Fuentes. Me extraña ver a poca gente, y a los pocos kilómetros me entran unas enormes gansas de mear, parada y vuelta a arrancar.
Comienza a llover de nuevo, estoy aterido y totalmente mojado, pedaleo con plato medio y me pongo en pie para mover todo el cuerpo y entrar en calor. Me empiezo a arrepentir de la decisión de seguir pues mi temor era la bajada de Fuentes, seguro que el percal no era nada bueno. Me tomo un gel de glucosa (craso error, de nuevo), pues se acerca el final de la subida y comer bajando es complicado. Poco a poco consigo coronar y de nuevo paro para cargar agua, que  tenía el Camel seco. La bajada de fuentes muy...muy peligrosa, menos mal que los neumáticos me agarraban bien que sino.... había barro, piedras, agua, curvas cerradas, mucha pendiente. A media bajada la bici me deja de frenar bien, olía a ferodo caliente, los frenos no me respondían bien (fadding creo que se llama el fenómeno), chicos os juro que pase miedo en ese momento, pero llegué a una zona donde no había mucha pendiente y pude soltar algo los frenos y se recuperaron, menos mal que las pastillas eran nuevas sino me quedo sin ellas en ese momento y ponte tu a cambiarlas con frío, las manos insensibles, y con una  tiritona de tres pares de huevos (estaba muerto de miedo, pensé en Ana y en mi hijo Hugo mucho). Os juro que no se me ocurre volver a pasar por una igual en la vida.
Siguiendo con el relato, comienzo la subida de Ozcaba y no se si fue el gel o que, pero me entró un pajarón de muerte, no tenia ni un gramo de fuerzas, las pendientes no eran muy duras, pero era imposible dar pedales. Llovía y llovía, había una niebla de película de terror y se intuían los cencerros de las vacas entre la niebla. No sentía las manos y no podía cambiar, me entro el pánico de que se me partiese la cadena por cambiar mal y meter tensión y claro...¡ponte tu a tronchar con la que estaba cayendo y con el cuerpo como lo tenia!!!. Por fin, después de arrastrarme como un gusano, llego al avituallamiento de Ozcaba, como y bebo atechado me ofrecen un café y me lo tomo (que bien me sentó!!! me repuse del pajarón enseguida...!!!). Los de protección civil me preguntaron si me encontraba bien, les dije que si, que tiraba para adelante. Si tenia algún problema me dijeron que la guardia civil estaba con los Land-Rover para arriba y para abajo pendientes de la gente, pues la carrera se había cortado en Fuentes a las 2 de la tarde porque había casos de hipotermia sería. Me acongojé un poco, pero decidí seguir para adelante; Bajando de nuevo hasta el comienzo de Moral, de nuevo frío, manos entumecidas e insensibles, tiritona y aun así consegí descender decentemente y trazar lo mejor posible, apenas tocar los frenos para no gastar pastillas. Llego a la carretera y enseguida  a subir el Moral, me anima el saber que es lo último, pero de nuevo es más preocupante la bajada que la subida. Comienzo a subir y entro en calor poco a poco, se me desentumecen las manos y olvido la tiritona, bebo agua cada poco, no como nada tengo porque el estomago anda como una lavadora, no me entra nada. 
Me encuentro animado al final, pero de repente  aparecen los temibles calambres en las piernas, me tengo que parar, hago estiramientos y voy caminando el último kilómetro del Moral. Llego arriba llego con frío y muy cansado. Inicio la bajada muy despacio tiro a tope de freno y empiezan a hacer el ruido metálico típico de cuando se quedan gastadas (cierto, esta mañana lo miré y llegue a meta con apenas algo de pastilla trasera), a la mitad, mas o menos, me entran unas ganas enormes de mear, los baches me apretan la vejiga, ¡¡¡pero yo quiero llegar a meta ya !!, paro de nuevo, no consigo ponerme a mear, no siento las manos, me medio meo encima, siento impotencia y rabia. Monto en la bici y llego al final de la bajada, leo el letrero de 4 kilómetros a meta, estouy congelado, pero el ver el letrero me da una inyección de moral tremenda, consigo meter plato de un puñetazo en el cambio, meto piñones pequeños y pedaleo con toda la rabia, deseando que aquello acabase de una vez, llaneando con ligera cuesta hacia abajo casi alcanzo los 40 por hora..., no se de donde saco tanta fuerza, entro en Carrejo, ¡¡1 kilómetro a meta!!. 
Pasadas 12 horas 30 minutos desde la salida, alcanzo por fin Cabezón. ¡Que alegría ya estoy a salvo!!,  paro e intento coger el teléfono, pero no puedo, no siento las manos, pido ayuda y consigo sacar del bolso el teléfono para llamar a Ana, la pobre estaba toda preocupada pero ya me esperaba en el hostal con la bañera llena de agua caliente, una manta y un Cola-Cao con sobaos que la dueña del Hostal me ofreció nada mas llegar, fueron todo atenciones en este Hostal, os lo recomiendo.

Acordaros de este relato para la próximo infierno. Pensad amig@s que no nos jugamos nada en estos eventos y que la Bici es para disfrutarla con los amigos.  Lo que hice ayer para algunos será una hazaña, pero para mi fue una autentica temeridad insensata que no volveré a repetir.

Amén

1 comentario:

Jose Luis dijo...

Es increible lo que el cuerpo es capaz de aguantar. Felicidades a todos los que conseguísteis acabar un Soplao épico.