miércoles, 28 de agosto de 2019

PICU MORU, POR LO LLANO...JA...


Vivimos una época de revival, de amor por lo vintage, de vuelta a lo clásico: en la televisión reprograman Verano Azul, nos calzamos playeros Adidas de los 80, en los chigres se vuelve a la sidra de toda la vida, fuerte y agria, vestimos gorras…si hasta han vuelto los gin-tonic!!;  si señores, es una verdad. Volvemos a poner en valor aquellos conceptos del pasado que quedaron obsoletos por esa modernidad mal entendida.

Pero todo tiene un límite, que en una ruta de bicicleta de montaña, con cuerpos llevados al límite (por lo menos algunos) con organismos a régimen de máxima potencia,  con los músculos y tendones a punto de rotura…cuando en vez de oler a choto o jabalí…se huele a Nivea y crema bronceadora…¡¡¡NO HOMBRE NOO!!!...Hasta ahí podíamos llegar…Esto se acaba Vane…
Si es que parecía que estábamos en un desfile de ropa infantil!!!...Vale que somos muy cumplidores y luego nos pasan revista en casa…pero ¡mentir bellacos!, decir que se os olvidó…que perdisteis la crema…que os la quitaron en un control de alcoholemia…lo que sea por preservar el rudus hominem…Por Dios…que aroma!!!!
¿Bueno, y  que decir de la ruta?? Pues que casi empieza mal…. El jefe de escuadra quedaba sin carruaje por mor de una indisposición de Blas, yacente en la cama y hubo que mover plazas y bicicletas para acomodar al líder…faltaría más!!!. 
Solventada la ecuación, las tropas aparcaban en el cómodo acceso a La Playa de Vega.

Se presentaban a la llamada el trió Marino, Lalo, Manel (venían en el mismo coche…lujuriosos…); la reciente campeona Vanessa; Barquín y Yoli, el abejero Jonatan; Gelu, Zarate, Joaquin, y Marín y este relator. Una buena docena de ciclistas.
La trama decía asín, y copio para  no inventar…"Playa de Vega, hasta Ribadesella por lo peor y lo que mas pincha, para volver por la Cuevona de  Cuevas, Monte Moro, bajar a Bones y volver por Meces y tal y tal y tal…"
De la primera parte no hay queja, terreno suave con algún que otro repechón inesperado, buenas vistas, caminos sencillos, paseo por la zona clásica de Ribadesella y unas buenas fotos en la Cuevona…
Pero a partir de ahí el caudillo, fiel a su fama sartenera, interpretaba el tal y tal…a su manera…
Al poco de salir de la Cueva, y todavía con una sonrisa en el rostro, el camino se empinaba  hacia el cielo, el GPS enloquecía y llegaba a marcar una cifra del 38%!!!.
La sonrisa se convertía en un rictus agónico y los cambios restallaban como látigos de siete colas. Pero era solo un corto tramo, para alivio de la formación… 
Se iniciaba la ascensión al Monte Moru: una larga y pedregosa pista que faldea por la ladera Sur de la sierra. 
Como era de esperar, cada uno escogía su ritmo…o sea…todos adelante menos uno y otro mas…¡¡pero qué prisa hay!!!. 
Seis largos kilómetros después, la ascensión alcanzaba la carretera comarcal donde reposar un poco. Gelu, que se le ve muy fatigado últimamente…se nos durmió. Baaa…¿qué fatigado?, este hombre tiene un reactor de fusión por corazón…inagotable el cansino de él…
Unas pocas curvas carreteriles y, tras coronar la máxima altitud, el camino descendía hacia las aldeas de Nocedo y Soto, por senderos estrechos y cerrados.
Llegados a la altura de El Carmen, encontrábamos la ruta cortada   
por una finca particular, pero los avezados Marín y Marino, rápidamente buscaban una alternativa al cierre rural por la población de Fresno, y eso que algunos locales insistían en que no era posible el paso…no nos conocen…(bueno, algo cerrado si estaba…en casa ya no se sorprenden cuando me ven coger la Mercromina!!! Otro clásico!!!)
Tocaba un tranquilo tramos boscoso hasta llegar a Barredo, donde rematar la última subida del día…otra larga y empinada ascensión hasta el Club de Golf de Berbes , para dejarse caer, ya tranquilamente, hasta los coches.
Aquí las fuerzas se separaban, mientras que Vane,  Jonatan y Gelu fugaban hacia sus obligaciones, logísticas las de ella, conyugales las del largo y desconocidas las del otro, el resto rendían petates y pedaleaban hacia la playa…la lejana playa…la muy pero que muy lejana playa…
Para la siguiente hay que aparcar en la arena misma. Y si lejana estaba la playa….más lejana estaba el agua, ¡marea baja!!! En fin,  el agua estaba buena!!.
Ángel no se bañó que renqueaba de tos, y nos vigiló desde lo lejos. Y una vez refrescados  y llenos de arena, a retornar a los vehículos, en el otro extremo del mundo!!! 
Lo siguiente no lo describo al ser lo habitual entre la sociedad Pelaya: cambio de vestimentas, recogida de monturas y acicalamiento general.
Y ahora, vamos a ver señores…hay que aclararse…si es una ruta de bocata, ¡¡¡Se come bocata!!!, que ya llevamos dos excursiones del mismo cordel y al final acabamos comiendo a la carta!!!!
El restaurante recomendado por el Señor Barquín fue el Prau, en Tereñes. 
Correcto, sin mas, que no se cómo lo hacemos que por un plato de huevos, jamon y patatas mas la bebida, acabamos pagando 22 lereles…
Para la próxima ruta de bocata…bocata, y un curso de orientación para el duo Marino-Lalo, que si no los llegamos a llamar, siguen dando vueltas a una rotonda .
¿Qué nos queda en la memoria???...una ruta muy divertida y entretenida, una compañía agradable y farandulera y ganas de repetir!!!!...pero con BOCATA!!!
PEPE!!!, que nos toque la Primitiva, que nos jubilamos!!!

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