lunes, 20 de abril de 2009

QUINTA ETAPA. PORTOMARIN A ARCA DO PINO

08-04-09

A partir de aquí y hasta el final de nuestro camino, ya disfrutamos de la compañía de Narciso y Laura, con los que desayunamos en una cafetería del pueblo para reponer fuerzas. Después salimos de Portomarin siguiendo la típica flecha y a los grupos de peregrinos que en cada etapa eran más numerosos.
Empezamos la etapa subiendo como en casi todas las etapas de la zona gallega, ya que es un constante sube y baja, sin lluvia, pero con el cielo cubierto de nubes. Poco a poco fuimos dejando atrás pueblos como Cortapezas, Gonzar, Castromaior, Hospital, etc, hasta llegar a palas de rey donde nos detuvimos para tomar una par de barritas y algo de fruta.
Una vez repusimos las fuerzas, continuamos atravesando pequeños y característicos pueblos hasta llegar a Melide, donde Narciso y Laura tenían previsto parar a comer pulpo y donde algún pelayo ya me digo que no se me ocurriera pasar por Melide sin probar el pulpo, así que ya que estábamos todos de acuerdo, ese día paramos a comer de plato, a base de pulpo, cachelos, ensalada y un postre de tarta de queso que nos dejo como nuevos. A se me olvidaba hacer mención al par de botellas de ribeiro que nos ventilamos sin darnos apenas cuenta. El sitio en cuestión se llama Ezequiel, y merece la pena parar a degustar el pulpo.
Lo difícil fue coger después la bici y pensar que todavía nos quedaban treintaypico de km para llegar a donde íbamos a dormir. Una vez nos mentalizamos, seguimos dándole al pedal y poco a poco fuimos dejando atrás Melide.
Un poco más rápido que las otras etapas nos fuimos acercando a Arzúa pasando por Rado, Boente, Castaneda y Ribadixo donde había un albergue con muy buena pinta.
Al llegar a Arzúa, yo había pensado en quedarnos a dormir en el albergue municipal para hacer la aventura un poco mas sosegada y duradera, así que nos despedimos de Narciso y Laura y nos fuimos a buscar el albergue municipal que se encontraba completo y en vistas de que el resto de albergues estaban en edificios normales y Alex estaba encantado con Narciso, con el que iba charlando largamente y lanzándose en las bajadas detrás de él, decidimos continuar el camino hasta Arca do pino donde se nos complicaría un poco el buscar alojamiento.
Desde Arzúa a Arca do pino fuimos a un ritmo alto para encontrarnos en el camino con ellos, pero al haberse despistado en un cruce, no los vimos hasta llegar al pueblo. Fuimos rápidamente al albergue municipal, pero este estaba completo y desde allí amablemente nos llamaron al privado que también estaba lleno. En este pueblo no hay mas, así que solo nos queda la opción de buscar una pensión lo más barata posible. Después de varias llamadas de teléfono a varias pensiones, conseguimos una por 15 euros/persona que no estaba nada mal. Así que fuimos a comprar algo para cenar, ya que la pensión disponía de cocina compartida y nos dimos una buena ducha antes de preparar la cena. La pensión se llama Maribel y es del todo recomendable, ya que la señora nos lavo la ropa y nos la seco sin ningún gasto añadido.

Habíamos hecho unos 73 km desde Portomarin, así que nos fuimos temprano para la cama a descansar.
En esta etapa nos acercamos ya a nuestro destino final, ya que estábamos a unos 20 km de Santiago.

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