lunes, 20 de abril de 2009

CUARTA ETAPA. TRIACASTELA A PORTOMARIN.

07-04-09

Amanece con el cielo cubierto y con serias amenazas de comenzar a orvallar.
La noche fue muy tranquila, excepto que cada 3 o 4 horas me levantaba para cambiar los papeles de periódicos de las botas de la bici para intentar secarlas lo máximo posible.
El desayuno lo improvisamos en el propio albergue con algo de fruta, barritas energéticas y zumos que nos habían sobrado de la cena del día anterior.
Salimos del albergue sin poder despedirnos de los amables dueños pues debían estar durmiendo todavía.
Nada mas salir del pueblo nos encontramos dos señales que nos indicaban dos opciones, por San Xil o por Samos. Nos decidimos por tirar por San Xil y recorrer unos caminos preciosos llenos de abundante vegetación y árboles a sus laterales.
En constante subida fuimos alcanzando San Xil donde nos empezaron a caer pequeños copos de nieve y fuimos encontrando algún que otro peregrino a pie.
A medida que nos alejábamos de San Xil pudimos comprobar como la cima de O´Cebreiro estaba completamente blanca de la nevada que cayo por la noche.
Continuamos el camino que ya en bajada nos acerco a Montan, Fontearcuda, Furela y algún que otro pueblo que ya no recuerdo.
Los pueblos en esta zona eran todos muy parecidos, con fachadas de piedra y tejados de pizarra y rodeados de verdes prados con abundante vegetación y bosque.
No encontramos a mucha gente en los pueblos y la verdad que con el tiempo que hacia no merecía la pena estar por la calle.
Me sorprendió un poco la cantidad de vacas lecheras que había en casi todos los pueblos, así como la cantidad de estiércol que también había sobre el hormigón que sustituía en los pueblos a la tierra de los caminos.
Continuamos nuestro camino ciclando por zonas de barro, charcos en abundancia, algunas trialeras espectaculares, ríos que parecían parte del camino, y alguna que otra carretera secundaria.
Antes de entrar en Sarriá coincidimos con un grupo de peregrinos de Madrid, Bilbao y Logroño que sé habían juntado en el camino y que graciosamente nos comentaron su experiencia en el camino.
En este pueblo, de cierta importancia, buscamos una tienda-taller de bicis para ajustar el cambio trasero de la bici de Alex que le estaba dando algo de guerra, y a continuación fuimos directos a una panadería que vimos al llegar y que tenia unas empanadas con muy buena pinta.
Después de avituallarnos, buscamos un cajero para reponer la cartera, que el camino es barato, pero poco a poco el dinero se va gastando y no queda mas remedio que tirar de tarjeta. En ese momento nos volvimos a encontrar con Narciso y Laura (la pareja de Gerona). Ellos habían ido por Samos y se habían detenido para hacer la visita guiada por el monasterio. Al comentarlo creo que nos equivocamos y también deberíamos haber ido por Samos, lo tendremos en cuenta para la próxima vez que seguro habrá.
Era prácticamente la hora de comer, o mejor dicho nos empezaba a entra hambre, pues el reloj es algo a lo que prácticamente durante todo el camino apenas prestamos atención, pues comíamos y descansábamos cuando nos apetecía.
Narciso y Laura se decidieron a comprar algo de empanadas y acabamos en un parque al atecho de un gran árbol comiendo las empanadas, frutas que compramos en un súper y algo de chocolate para reponer fuerzas. A continuación fuimos a un bar para tomar unos cafés y la camarera de muy buen humor nos ofreció unos chupitos de orujo, aguardiente, café, etc...
Al final con el estomago bien lleno y calientito por los chupitos seguimos nuestro camino en compañía de esta agradable pareja.
Poco a poco fuimos subiendo las rampas que nos acercaban a Viei, Barbadelo y Rente, en eso estábamos cuando nos volvimos a encontrar con el grupo de la entrada del pueblo y un poco mas adelante un par de chicas de Málaga nos ofrecían gominolas y regalices en una curva del camino, cosa que nos obligo a detenernos para charlas y hacernos algunas fotos.
Después continuamos nuestro camino parando en alguna que otra fuente para reponer los bidones, donde los peregrinos curiosos se acercaban a estudiar el invento del carro, y subiendo por caminos empedrados en los que te veías obligado a poner pie a tierra y empujar el trailer (bici+remolque).
A continuación vinieron una serie de bajadas que nos dejaron prácticamente en las puertas de Protomarin. Guapo pueblo al que accedes por un puente que salva el río Miño.
En este pueblo buscaríamos el albergue municipal para poder descansar y recuperarnos para el día siguiente. Después de una buena ducha, dimos un breve paseo por el pueblo y sacamos algunas fotos para el recuerdo.
Buscamos un supermercado donde compramos algo para acompañar la empanada que nos sobró del mediodía para la cena.
Por ultimo estuvimos charlando con Narciso y Laura y varios peregrinos que se iban acercando al albergue para irse a dormir.

En total hicimos unos 43 km de los cuales muy pocos fueron bajo la lluvia, pero la mayor parte del terreno estaba húmedo, con barro y bastante resbaladizo.
Alex continua portándose como un campeón, ya que no demuestra signos de cansancio ni de ganas de volverse para Gijón.



Hasta la proxima........

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