Siempre se ha dicho que son las
personas desinteresadas y voluntariosas las que, con su apoyo y trabajo, mueven
el mundo. Este dicho es cierto, y se nota, más aún, es estos tiempos de
incompetencia política, cuando nuestros ineptos estadistas anteponen su cargo y
su posible poltrona ante el beneficio de la colectividad…justo lo contrario al deber ser que proponía el filosofo Kant
en su ideario…principio imperativo categórico, lo llamó...
Pero no nos vayamos por las ramas de la metafísica, que a esa
no hay Cristo que la entienda…ni la comprendan, pobre….
Decía yo, bajándome del
árbol metaético, que gracias al silencioso esfuerzo de un reducido grupo de
valientes, es posible sacar adelante proyectos que, sin esos animosos, caerían
en el triste olvido.
Y me refiero, como ya sabrán vuecencias, al fabuloso
trabajo llevado a cabo por Florín, Darío y Manuel Ángel, como integrantes del
Club Btt de Noreña para deleitarnos otro año más con una ruta deliciosa por su
querida tierra noreñense, ayudados de sus colaboradores y amigos, claro está.
Y se nota que le ponen cariño, y
bollos preñados!!!, porque cada vez hay más ciclistas que acuden a la Quedada.
Diseñaron nuestros afectos un
recorrido duro pero entretenido, donde lo mismo te encontrabas con rampas del
18% que con estrechados senderos; donde igual pasabas por impresionantes
bosques de castaños que por deliciosos caminos secundarios.
Por supuesto, a la llamada del trió
iniciático, acudían en tropel los Pelayos, no
fuera que sobraran bollos.
Y es que hacía tiempo que no se veía
tal tasa de asistencia!!!…hasta 20 socios en la foto y algunos más que iban por
libre o de prestao…
En esta ocasión, Florín, quién sabe
si cuidando su salud, iba en fragoneta, acompañado por Juanjo, también
delicado…¡¡de narices!!!...que no le
entraba la bici en el coche, adujo el manager, ante nuestras lascivas y
acusadoras miradas…
De la cabeza del pelotón se
encargarían, a duras penas, que se rodaría muy rápido, nuestros hombres de
élite: Fran (…come algo hijo…), el feroz Eugenio que venía rodando desde Gijón
para calentar motores, Junco y Eduardo; por detrás, alquilaban plaza de
funcionarios, Joako, Modesto, Antonio y José Luis; seguían a corta distancia,
los desaparecidos, y felizmente encontrados, Rafa y Félix; a un mar de
distancia, navegaban el poderoso Blas, Zarate (Vendo
coche, siempre Toyota, nunca Midas…) y de La Mancha, y cerrando filas y
echando pestes, los de siempre…Jonatan, Marino y Gelu.
Bueno, este último acompañaría a los
dos próceres hasta el avituallamiento, donde tropezaría con una piescal a la
que dejó seca (te va a caducar la tarjeta del Mercadona, Gelu!!!)
Por la zona alta volaban las dos
féminas Yoli y Eva, seguidas por un avispado cámara, a tamaña velocidad que a
Eva le dio tiempo a ducharse, a acicalarse, a recoger a su mascota, a volver, y todavía estaban entrando jinetes en la meta…pero
que prisa había???
Rubén Patricio, fiel a su filosofía,
iba de flor en flor…ahora arriba, ahora abajo, ahora paro, ahora arranco, ahora
te hago una foto, ahora no…
Y además de las fuerzas Pelayas, las
de los Asturcones, también numerosas, las de la Peña Aviento, los de Abadia, el
RG Team…y mas que no me dio tiempo a recoger en la libreta…
¿Y la ruta???...Perfecta…36
kilómetros para unos 1400 metros de desnivel…
Al principio Florín y cía. diseñaban
unas primeras rampas fuertes hasta Molledo para luego seguir ascendiendo hasta
la Sierra de Paranza, donde alcanzaríamos la mayor altitud.
Un ascender duro
pero corto, donde pronto se hizo patente la velocidad del pelotón…¡¡Pero cómo
corrían algunos!!!...o todos.
Con la mitad del circuito rematado, las pistas
estaba solitarias, apenas un reducido grupeto por delante y las voces de
Jonatan y Marino azuzando a los de atrás…a mi no, que no me pillaron.; el
resto, ya andaban acechando la meta!!!
De La Paranza se descendía fuerte,
por zona pedregosa, hasta Las Regueras, pasando antes por Cuervos, y Las
Folgueras, donde comenzaban los bosques: un
entretenido tramo por Pielgo, La Collá y San Pelayo, que nos hacia cruzar, o ¡saltar!, regatos, cantos, tricheras, hortigales…unas veces en bici y otras
trepando, que las fuerzas iban justas.
Aunque toda la ruta había sido muy
bien señalizada, en esta zona, la frugalidad en las señales hacia que algunos
diéramos casi dos vueltas al circuito.
El último trecho nos dejaba a la
altura de la autovía de Langreo, que cruzaríamos por un resbaladizo aliviadero,
encarando una de los ultimos repechos, La Vallina y su pequeña capilla de La Salud
Ya no se veía a nadie por delante,
debían haber llegado todos
El que no había acortado en el avituallamiento,
había ya desembarcado en Noreña
Por detrás seguían resonando los latigazos del Dúo Sacapuntas, azotando
a algunos y despotricando contra otros.
Quedaba un suave descenso de vuelta,
con el olor de las chuletas ya presente, y aterrizábamos ya en el parque de llegada, tan a
tiempo que se desmoronó, con gran estrépito, a nuestra espalda.
El sorteo hacia
un mundo que se había realizado, y el único que recibió algo fue Angel Zarate (vendo
coche, siempre Toyota, nunca Norauto….¡¡¡vendido!!!) al que le cayó el
trofeo al participante de mayor edad…la tenga o no, se lo merece!!!
Breve parada para saludar a la
organización, corre, corre, devolver el dorsal y salir pitando a las duchas,
que estaban a punto de clausura.
Por la zaga, y con los látigos
desgastados, llegaban Marino y Joni, este último, preso últimamente de sus obligaciones
paterno-conyugales-abejeriles, fugaba con premura; Marino, charran por naturaleza, se entretenía
un poco más de la cuenta y se quedaba seco, o sea sin baño, teniendo que tirar
para Gijón a devolverse un poco la pulcritud.
Ya no volvería, dejando a estos sus
amigos totalmente desolados y con la tortilla para ellos solos, bueno y la
empanada, y la otra tortilla, y los bollos, y la sidra, y la tarta…y…
Pues esto fue todo, de lo que me
acuerdo, claro…
Desde este pedestal informático, vuelvo
a agradecer a Florín, Dario y demás integrantes, amigos y familiares,
el hacernos disfrutar un año mas de su tierra, y de sus viandas, faltaría mas!!!…
Pd. Para la próxima, Marino ya ha avisado
que o sale por delante, o le regalamos un desodorante familiar, que la Partner todavía huele a choto…
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