Vivimos una época
de revival, de amor por lo vintage, de vuelta a lo clásico: en la televisión
reprograman Verano Azul, nos calzamos playeros Adidas de los 80, en los chigres
se vuelve a la sidra de toda la vida, fuerte y agria, vestimos gorras…si hasta
han vuelto los gin-tonic!!; si señores,
es una verdad. Volvemos a poner en valor aquellos conceptos del pasado que
quedaron obsoletos por esa modernidad mal entendida.
Pero todo
tiene un límite, que en una ruta de bicicleta de montaña, con cuerpos llevados
al límite (por lo menos algunos) con organismos a régimen de máxima potencia, con los músculos y tendones a punto de rotura…cuando
en vez de oler a choto o jabalí…se huele a Nivea y crema bronceadora…¡¡¡NO
HOMBRE NOO!!!...Hasta ahí podíamos llegar…Esto se acaba Vane…
Si es que parecía
que estábamos en un desfile de ropa infantil!!!...Vale que somos muy
cumplidores y luego nos pasan revista en casa…pero ¡mentir bellacos!, decir que
se os olvidó…que perdisteis la crema…que os la quitaron en un control de
alcoholemia…lo que sea por preservar el rudus hominem…Por Dios…que aroma!!!!
¿Bueno, y que decir de la ruta?? Pues que casi empieza
mal…. El jefe de escuadra quedaba sin carruaje por mor de una indisposición de Blas,
yacente en la cama y hubo que mover plazas y bicicletas para acomodar al líder…faltaría
más!!!.
Solventada la ecuación, las tropas aparcaban en el cómodo acceso a La Playa
de Vega.
Se
presentaban a la llamada el trió Marino, Lalo, Manel (venían en el mismo coche…lujuriosos…);
la reciente campeona Vanessa; Barquín y Yoli, el abejero Jonatan; Gelu, Zarate,
Joaquin, y Marín y este relator. Una buena docena de ciclistas.
La trama
decía asín, y copio para no inventar…"Playa de Vega, hasta Ribadesella por lo peor
y lo que mas pincha, para volver por la Cuevona de Cuevas, Monte Moro, bajar a Bones y volver
por Meces y tal y tal y tal…"
De la
primera parte no hay queja, terreno suave con algún que otro repechón
inesperado, buenas vistas, caminos sencillos, paseo por la zona clásica de
Ribadesella y unas buenas fotos en la Cuevona…
Pero a
partir de ahí el caudillo, fiel a su fama sartenera, interpretaba el tal y tal…a su manera…
Al poco de
salir de la Cueva, y todavía con una sonrisa en el rostro, el camino se
empinaba hacia el cielo, el GPS enloquecía
y llegaba a marcar una cifra del 38%!!!.
La sonrisa se
convertía en un rictus agónico y los cambios restallaban como látigos de siete
colas. Pero era solo un corto tramo, para alivio de la formación…
Se iniciaba
la ascensión al Monte Moru: una larga y pedregosa pista que faldea por la
ladera Sur de la sierra.
Como era de esperar, cada uno escogía su ritmo…o sea…todos
adelante menos uno y otro mas…¡¡pero qué prisa hay!!!.
Seis largos kilómetros
después, la ascensión alcanzaba la carretera comarcal donde reposar un poco.
Gelu, que se le ve muy fatigado últimamente…se nos durmió. Baaa…¿qué fatigado?,
este hombre tiene un reactor de fusión por corazón…inagotable el cansino de él…
Unas pocas
curvas carreteriles y, tras coronar la máxima altitud, el camino descendía hacia
las aldeas de Nocedo y Soto, por senderos estrechos y cerrados.
Llegados a
la altura de El Carmen, encontrábamos la ruta cortada
por una finca particular,
pero los avezados Marín y Marino, rápidamente buscaban una alternativa al
cierre rural por la población de Fresno, y eso que algunos locales insistían en
que no era posible el paso…no nos conocen…(bueno, algo cerrado si estaba…en casa ya no se sorprenden cuando me ven coger la Mercromina!!! Otro clásico!!!)Tocaba un tranquilo tramos boscoso hasta llegar a Barredo, donde rematar la última subida del día…otra larga y empinada ascensión hasta el Club de Golf de Berbes , para dejarse caer, ya tranquilamente, hasta los coches.
Aquí las
fuerzas se separaban, mientras que Vane, Jonatan y Gelu fugaban hacia sus obligaciones,
logísticas las de ella, conyugales las del largo y desconocidas las del otro,
el resto rendían petates y pedaleaban hacia la playa…la lejana playa…la muy pero que muy lejana playa…
Para la siguiente hay que aparcar en la arena misma. Y si lejana
estaba la playa….más lejana estaba el agua, ¡marea baja!!! En fin, el agua estaba buena!!.
Ángel no se
bañó que renqueaba de tos, y nos vigiló desde lo lejos. Y una vez
refrescados y llenos de arena, a
retornar a los vehículos, en el otro extremo del mundo!!!
Lo siguiente no lo
describo al ser lo habitual entre la sociedad Pelaya: cambio de vestimentas,
recogida de monturas y acicalamiento general.
Y ahora,
vamos a ver señores…hay que aclararse…si es una ruta de bocata, ¡¡¡Se come
bocata!!!, que ya llevamos dos excursiones del mismo cordel y al final acabamos
comiendo a la carta!!!!
El restaurante
recomendado por el Señor Barquín fue el Prau, en Tereñes.
Correcto, sin mas,
que no se cómo lo hacemos que por un plato de huevos, jamon y patatas mas la
bebida, acabamos pagando 22 lereles…
Para la próxima ruta de bocata…bocata, y un
curso de orientación para el duo Marino-Lalo, que si no los llegamos a llamar,
siguen dando vueltas a una rotonda .
¿Qué nos
queda en la memoria???...una ruta muy divertida y entretenida, una compañía agradable
y farandulera y ganas de repetir!!!!...pero con BOCATA!!!
PEPE!!!, que nos toque la Primitiva, que nos jubilamos!!!
PEPE!!!, que nos toque la Primitiva, que nos jubilamos!!!