"Si veis como bajé, no me conoceis" - Javi
"Ahí abajo hay una casa con mujeres desnudas" - Josechu
Un día muy así como de Abril, a las 9 de la mañana en Las Mestas, logramos congregar a 17 ciclistas, de todas las tallas, para hacer de conejillos de indias en las pruebas de lo que será la XIV Vuelta al Concejo de Gijón en BTT (o sea, la decimocuarta). Salimos puntualmente a las 9:15 y recorrimos, silvando la melodía de Verano Azul, la senda del río Peñafrancia, para llegar a lo que sería el primer puerto puntuable de la jornada: la subida al alto del Infanzón por la fuente de Isabel II. Los primeros comentarios de los conejillos se hicieron con el aliento un tanto alterado, por lo que no se tienen en cuenta.
Bajamos por la vía expeditiva a la senda de La Ñora para subir, muy ciclablemente (a pesar de que en las fotos se nos vea echando el pie a tierra) hasta el golf de La Llorea, punto habitual de agrupamiento en los últimos años. Salimos por la carretera hasta Puente Hilario y atacamos las rampas que, dejando de lado el cementerio de Deva (aún estábamos todos vivos), nos acercaron a La Arquera, lugar conocido como "los troncos" porque hasta hace poco había troncos allí almacenados.
Aquí aplicamos el segundo cambio de esta edición de la VCG, bajando al valle de Rioseco para recorrerlo en su totalidad, con su elegante sube-y-baja, hasta Rioseco de Baldornón, donde nos esperaba la rampona de hormigón que tanto nos gusta (lo pongo en otro color para que se vea que es ironía). Félix nos abandonó con tres radios rotos, lo cual aprovecho para deciros, chavales, que hay que venir a la VCG con la bici revisada y a punto, que no vale hacerlo la noche anterior, que luego pasa lo que pasa. Ya solo quedábamos 16 conejillos.
Tras aplicarnos un rato con el hormigón, nos desviamos a la derecha para ascender a Paragüezos y retomar el recorrido tradicional, con bajada trialera (cinco estrellas) a La Collada para los más flojos, y subida al Fario (y bajada trialera, por supuesto) para los más recios. Javi se fue con la bici de Emilio, el cual, al llegar abajo y ver que Javi no aparecía, se puso nervioso y mordió a un perro que pasaba distraído. Moraleja: nunca le dejes tu Epic a nadie, que igual no te la devuelve. Eran las 12:30, pero como salimos 15 minutos tarde, hicimos como que era más pronto. El cansancio ya había hecho mella, y Rui, que llevaba meses sin montar, nos abandonó, junto con Pableras, con la excusa de ver el descenso de Deva (o sea, ver a otros trabajar). Quedamos 14 conejillos.
Continuamos la ruta con la subida a Los Ablanos rodeando el pico Carbonera, que condensa en menos kilómetros lo que subíamos otros años por otro lado. Cansados, pero felices, bajamos el bosque de Muñó por un nuevo paso trialero, que hará las delicias de los que controlen la máquina; total, al final salimos al mismo sitio pero un poco más embarrados. Seguimos camino abajo hasta cruzar el arroyo del Cogollo (viene en el mapa, no me lo inventé yo) y en la subida Javi sufrió la única avería física de la jornada. Acabado el corto remonte nos abandonaron Ángel (por cansancio, que lo se yo) y Tino (que no se por qué); quedamos 12 conejillos.
Bajamos a la carretera de Muñó y pasamos al otro lado -como Darth Vader-, unos por el puente, otros por el río Noreña (ya vereis las fotos en el álbum de fotos). Subimos una trialera como buenamente pudimos y acabamos un poco más arriba de Celles, para cruzar la autopista (no resultó nadie atropellado, porque los coches pasan por un túnel y nosotros, no). Enganchamos pista, sendero, hormigón y finalmente asfalto, para llegar al Mesón de la Tabla, lugar que quedó estipulado para congregarnos a comer, por estar situado en la hora de la comida y tener espacio suficiente para alojar a los miles de ciclistas que seremos esta próxima marcha -ver teorías espacio-tiempo-. Tras la comida, Josechu se nos fugó, alegando demencia temporal (que tenía que trabajar, decía). Y quedamos 11 conejillos.
Nos incorporamos a lo que era el antiguo recorrido de la VCG, pero esta vez no nos detuvimos en el golf de la Barganiza nada más que para reparar un pinchazo. Cruzamos la AS-18 y nos dirigimos, cansados, a la cantera de Batiao, que pasamos por donde pudimos, y nos dirigimos por las rodadas de los camiones hacia el embalse de San Andrés. Se probó el antiguo recorrido del mirador, pero estaba tan machacado de rodadas y el ganado que seguramente se elimine del recorrido definitivo. Junto al embalse, nos rendimos 5 conejillos por diversas causas (solo Pablo reconoció que estaba cansado -el que escribe no hace falta que lo reconozca, porque ya sale cansado de casa-, Juanjo y Modesto por obligaciones familiares y Javi por la pata chunga). Ya solo quedaron Adrián, Cristian, Emilio, Fran, Nacho y Ramón - 6 conejillos por orden alfabético - que se dirigieron hacia el Areo...
La continuación (leer con otra voz para diferenciar)
Retomamos a los aguerridos supervivientes que enfilaron hacia el Monte Areo, para recorrer el "Camín Llano" menos llano que podemos encontrar. Como éramos seis hicimos tres parejas, todo muy gay, pero con las primeras rampas dejamos de hablarnos y cada uno tiró por su lado. Al final parece que hicimos las paces al llegar arriba y los seis juntitos nos acabamos el chocolate que quedaba y disfrutamos del suave recorrido por el Monte Areo. La bajada la hicimos por el asfalto, fundamentalmente para que Ramón y Adrián dejasen algo sin conocer para cuando hagan la marcha oficial. Otra version no oficial dice que no ibamos porque Fran fue un quejica y no queria rasgarse las vestiduras con más zarzas. Al bajar del Areo dimos por finalizado el primer test de la vuelta al concejo con seis únicos supervivientes y, por mal que les pese a algunos, a las 18:00 ya estabamos en casa !!!
4 comentarios:
soy Tino, el esquirol junto con Paulino. mis razones para la fuga fueron que tenia un cumple de mi ahijado y tenia que estar a las 18:00 asi que tenia la excusa perfecta. Me hubiera gustado ponerme a prueba y terminarla, espero hacerlo la proxima.
je je je, otro con la excusa de llegar a casa temprano. Pues yo la acabe y a las 18:00 llegue a casa :-)
Eso se llama "la estrategia del búfalo". Los ejemplares más débiles van cayendo víctimas de los depredadores, y así el resto de la manada puede ir más deprisa. Si a mí no me hubiese atacado un escarabajo dientes de sable, hubiera seguido con vosotros y entonces la llegada habria sido un poco más tarde (y además os hubiera obligado a bajar por las zarzas, que el asfalto me produce sarpullidos).
Vaya como sois, menos mal que queda gente potente en este grupo.
A los que vayan a venir a la Vcg, que se preparen bien, que no es para menos.
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