Los leños ardían en la chimenea y un villancico sonaba por el cálido salón, cuando el pequeño irrumpió como una exhalación…sobresaltando al hombre que reposaba en el sillón de orejas, leyendo un libro de caballerías…-“VAYA, VAYA…¿quién tenemos aquí?, -“¡¡¡Abuelito!!!, respondió el pecoso diablillo, de unos 5 años de edad, mientras trepaba por la bata de franela a cuadros del abuelo, arrastrando un muñeco de la mano. –“¿Ya despertaste, tunante?”, preguntó, mientras ayudaba en a su nieto en la escalada. -”Abuelito, cuéntame otra vez lo de cuando fuiste de excursión con unos amigos, y pasasteis mucho frío…”, inquirió el rapacín. _”Je, je, ¿otra vez?, bueno, pero a condición de que luego te comas toda la sopa de marisco…, si no, tu abuela se va a enfadar…, jo, jo…. Bien, pues tal día como hoy, día de Navidad, hace ya unos cuantos años, en una mañana fría y nublada, unos amigos y yo, decidimos acudir a la Peña de Los Cuatro Jueces, a felicitarnos las navidades, como solíamos hacer todos los años. Pues el caso fue que partimos para allí los valientes Ángel Víctor, Pepe Marín y yo, y nadie mas… en la creencia de que nos juntaríamos con más compañeros por el camino…pero no fue así…llegando a la alturas de Deva, nos dimos cuenta de nuestro error… ESTÁBAMOS SOLOS…tal fue nuestra sorpresa que Pepe hasta se cayó al suelo…”, -“¿No había nadie?”, preguntó el pequeño, abrazando con fuerza al peluche. –“Nadie, solo un coche solitario que supusimos sería de Pedro Pablo, pero ya no estaba allí…”, -“y, ¿Dónde estaban, abuelito…? -“Desaparecidos, hijo, desaparecidos…En el claro, bajo un viento gélido y amenazante, decidimos continuar en pos de Pablo, que nos sacaba algo de ventaja ya.” El pequeño se arrebujó en la bata del abuelo, que continuo desgranando su historia. -“…subimos las descarnadas rampas de hormigón, despertando a un par de corzos que saltaban por la zona…”, -“¿Cómo Bambi…?, -“je, je, si, como Bambi, hijo, pero más veloces…, al poco llegamos a La Peña, donde estaba la bicicleta de Pablo, pero este no aparecía por ningún lado…”, -“¿se lo habían comido los bambis”, preguntó temeroso el pequeño…-“…pues no, por que al escuchar las voces que dábamos, apareció corriendo por el bosque, ágil cual gacela en celo; al parecer, tenía los pies congelados y decidió echar unas carreras para calentárselos…”, -“¿Hacia mucho frío, buelito”, -“Si, era como estar dentro de una nevera, y encima soplaba un virujo que…”, -“¿ese Virujo, era amigo vuestro?”… -“No, era el viento, pero al venir de las montañas nevadas, traía muy malas pulgas con él, y teníamos que juntarnos para darnos algo de calor.”, -“Al poco llegaron Paulino y su hermana y festejamos el día con unos dulces y licores, a la vez que invitábamos a otros excursionistas; por cierto que había un Belén allí que te iba a gustar, eran monigotes recortados con cara de personas, algunas conocidas. En fin, dado que nos estábamos poniendo morados…”, -“¿de comer…? -“No, del frío, por lo que decidimos ya volver, nos despedimos de Pau y de Mary, y emprendimos el camino de vuelta, un poco más calientes ya que el sol se asomaba entre las nubes. Por el camino íbamos esperando a Pepe, que se quejaba del amortiguador, y, un poco más adelante, al poco de separarnos de Pablo, Ángel Víctor, que de fuerzas iba sobrado, dejó a su cambio en mala postura…”. En este momento, el timbre de la entrada sonó melodioso y el pequeño salio disparado hacia la puerta…, el abuelo, que esperaba el aviso, se levantó, y quitándose la bata descubrió un uniforme azul ceñido, cogió el casco y la mochila que descansaban en la percha y salió por la puerta silbando un villancico…
-"Ay del chiquirritín...chiquirriquitín...."...FELICES NAVIDADES
2 comentarios:
Felices fiestas para todos los Pelayos y en especial para Don Arturo por tan magnos relatos.
igualmente Fermin, la verdad que tenemos un comentarista de excepcion !!
Felices fiestas
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