Tú mismo, sí, no disimules
Queridos Reyes Magos
Os sorprenderá que os escriba de Balaguer ahora,
con tan poco tiempo para preparar los regalos, pero ahora que me han
chivado que no venís de Oriente, sino de Andalucía, no me podéis
poner la escusa de que ya estáis de camino.
Como ya sabréis, le había pedido los
regalos a Papá Noel, para aliviaros un poco de trabajo, con una carta respetuosamente redactada. El caso es que la mañana de Navidá
me levanté prontito y fui corriendo al salón, donde tengo la bici y el barbas me tenía que dejar mis regalos; cual sería mi sorpresa
al comprobar que no solo no me había dejado lo que le pedí, sino
que ¡me había desaparecido la bici! Miré a mi alrededor, pensando
que quizás era una broma, y descubrí que también me faltaba el
televisor de plasma que me había comprado con la prestación por
desempleo. Creo que el gordo me tiene manía, no hay otra
explicación; ¡pero si incluso al drogata del tercero, que es un mal
bicho, le dejó una bici igualita a la que yo tenía...!
Bueno, ya que vosotros sois justos,
como históricamente han sido siempre los reyes, creo que atenderéis
mi tardía carta:
A Melchor le pido una bici nueva de
montaña, para poder salir con mis amigos, por supuesto de doble
suspensión de 700mm de recorrido o más, con un sillín blandote,
que tengo el culo sensible. A ser posible hecha a mano como las de
Juanjo, que molan más; y bien soldada, que no me rompa en cuatro
días como a Pachu. No hace falta que traiga guardabarros, que ya se
lo encargo a medida a Guzmán. Con pintura dorada, ya que eres el rey
de Oros.
A Gaspar le pido una equipación
completa, que también me la birló el maizón de los renos: un maillot con rayas
diagonales, para parecer más delgado; un culotte con badana de
gel (o mejor de champú, que tengo el culo muy peludo); y un casco de agujerines,
que está muy fardón, pero de los buenos, no de esos chinos como el
de Toni, que a saber lo que aguanta... y yo no tengo la cabeza tan
dura. Y unos calcetos calefactados.
A Baltasar le pido el GPS, que lo sigo
necesitando. Uno bueno ¡eh!, que no solo avise del desnivel de las
rutas de Pepe, sino también de los kilómetros reales de las rutas
de Javi.
A Juancar le pido una escopeta de cazar
elefantes, que le tengo que dar las gracias a
Papá Noel por lo bien que me ha tratado. Me vale con cartuchos de
sal, solo se trata de dar calorcito.
Finalmente, y si me lo permitís, al
camello le pido unas pastillas energéticas de esas que te hacen
subir mejor las cuestas, o por lo menos que no importe a qué ritmo
se suben. Que no sean azules como la última vez, que me sube lo que no debe.
Sin más, me despido hasta el día 6;
recuerdos al Aliatar, a la Leti, a Elvis y a Simba; al Urdanga no le digáis
nada, que igual se queda con mis regalos.
Atentamente, Pelayín