Hastiales, clastos, brechas, derrabes, hundimientos,....la jerga minera es rica en términos, que, aún no exentos de lirismo, sitúan al espectador lego en una ambiente de oscuridad y peligro, de humedad y sufrimiento, siempre con la sombra del grisú a las espaldas, y con el polvo de carbón royendo los pulmones. Son palabras que nos retraen a un pasado de hombres recios y determinados, de los que no se arredraban ante las adversidades del destino, ante las inclemencias del tiempo, ante las inclinaciones de las rampas...NO, eso no eran hombres...eran PAISANOS...!!!...