martes, 2 de junio de 2009

LOS 10.000 DEL Soplao (3ª Edición)

23-05-09 (Tercera y ultima parte)

Continuamos por unas pistas que atravesaban bosques con gran abundancia de vegetación y que daban un toque selvático al camino, que como siempre comenzaba a elevarse poco a poco.
Enseguida comienzan las rampas que aunque eran de poca inclinación, eran constantes y se te hacia muy largo llegar a Fuentes. Después de unos cuantos km el camino va dejando atrás la zona boscosa y dejando paso a un magnifico valle que nos permitía ver prácticamente toda la subida que nos faltaba por recorrer.

Yo continuaba sufriendo a rueda de Manu y en estos tramos se nos junto Fermín (de los Repechinos) que por momentos se animaba a seguir a su ritmo, pero que nos acompaño unos cuantos km dándonos conversación y entretenimiento para no dejar a la cabeza pensar solo en lo que nos quedaba por subir (o por sufrir).
Al final Fermín continúo su propio ritmo y nos dejo llegar solos al alto de Cruz de Fuentes.
En las ultimas rampas nos acompañaron varios buitres que planeando majestuosamente se adentraron en los valles. Una vez arriba paramos brevemente en el avituallamiento ( km 108) para rellenar las reservas liquidas, comer algo y abrigarse. A partir de este avituallamiento ya empecé a encontrarme mejor y la bajada hasta la carretera que corona el puerto de Palombera, la hicimos a gran velocidad arriesgando y disfrutando en cada curva.
Fuimos adelantando a varios participantes, entre ellos a Emma (del Asturcon) que nos mando un saludo y con la que coincidiríamos varias veces antes de terminar la prueba.
Una vez llegamos al cruce con la carretera, toca subir de nuevo, pero son solo unos pocos km hasta coronar el puerto y lanzarnos de nuevo vertiginosamente por el asfalto en búsqueda del siguiente avituallamiento. En este tramo de asfalto y con curvas entrelazadas de izquierda a derecha, volvimos a darlo todo y bajamos adelantando de nuevo a unos cuantos participantes. Manu como casi siempre se me escapa un poco en la bajada.
Al poco dejamos el asfalto y nos desviamos a la izquierda por un camino que nos lleva directamente al avituallamiento de Palombera (km 113). Pasamos por delante y no nos detenemos continuando hacia Venta Vieja. En este punto del recorrido, se nos esfumo el temor de años anteriores, ya que no había barro y la pista era totalmente ciclable, eso si habían pasado con un vehiculo de oruga y el culo fue sufriendo continuamente el relieve de la pista. Aun a si, se pudo subir a buen ritmo hasta llegar al siguiente avituallamiento en el km 120. Por este también pasamos sin detenernos, recibiendo los ánimos y felicitaciones de los colaboradores de la prueba, ya que a partir de aquí y hasta el siguiente avituallamiento (km 129), era todo bajada.
La bajada la hicimos como todas las anteriores y Manu se lanzo rápidamente a la caza de los que teníamos delante y que según íbamos tomando las curvas veíamos cada vez mas cerca. Algún que otro susto si que tuvimos en alguna curva con mucha piedra suelta, pero en ese momento de concentración solo piensas en ir robando metros a los que tienes delante. Poco a poco fuimos adelantando a uno pocos participantes y llegando a una zona de “eses” que daban entrada al pueblo de los Tojos, donde los habitantes y familiares animaban y aplaudían agradeciendo el esfuerzo y las ganas de pedalear que todavía teníamos.
Después del pueblo, la pista se convierte en asfalto, pero el trazado sigue siendo con curvas y contra curvas perdiendo altura rápidamente y dando lugar a que “juguemos” a hacernos adelantamientos interiores como si del propio Valentino se tratase. En este tramo no acompaño otro participante, pero cuando nos vio arriesgar tanto en las curvas se separo ligeramente de nosotros.
Por fin llegamos al penúltimo avituallamiento situado en Arroyo Juzmeana (km 133), SOLO nos queda subir El Moral (unos 9 km) y el resto prácticamente todo bajada hasta Cabezón.
En este avituallamiento si paramos, reponiendo los líquidos y comiendo algún pastelillo y barritas, además de comprobar la mecánica de las burricletas, que hasta el momento no nos han dado muchos problemas y con un poquito de aceite se han conformado. Coincidimos de nuevo con Emma que no se detuvo y siguió de frente hacia El Moral.
Controlamos el tiempo que llevábamos (unas 10 horas y cuarto mas o menos) para ver si podíamos bajar de las doce horas el tiempo total de la prueba. Lo teníamos un poco complicado, pero por intentarlo que no quede.
Fuimos poco a poco adentrándonos en el desfiladero que conforma el río y que nos va dando paso al valle que tendremos que salvar para llegar al Alto del Moral. Algunas pequeñas nubes daban paso a los rayos solares que ya nos empezaban a calentar y que no nos abandonarían en toda la subida.
Este terreno ya es conocido, ya que lo hicimos anteriormente de bajada, pero ahora teníamos más tiempo para disfrutar de las vistas que nos ofrecía, y con la iluminación del sol parecía totalmente distinto a cuando habíamos bajado. En la subida pudimos apreciar tramos preciosos del río con cascadas y abundante vegetación, en los que apetecía parar y refrescarse.
En la subida fuimos acompañando a un chaval de la zona al que íbamos animando con nuestra conversación y bromas, pero al final el ritmo nuestro era un poco superior y se descolgó a mitad de subida. En los últimos km apretamos un poco más el ritmo y por fin llegamos a la cima, donde estaba el último avituallamiento (km 142). Nos abrigamos, bebimos y seguidamente nos lanzamos de nuevo a por la bajada que en esta ocasión estaba cubierta totalmente por una niebla bastante espesa que estaba entrando por el norte y que prácticamente cubría toda la cima.
En la bajada más de lo mismo, pero en esta ocasión con algo más de prudencia, ya que teníamos el peligro de que es zona de pastos y el ganado se podría atravesar en el camino. Esta vez fui yo delante, pasando continuamente a participantes que bajaban más despacio y con mas seguridad que nosotros, adelantamos de nuevo a Emma a al que ya no volveríamos a ver. Y pasamos rápidamente por el área recreativa donde cominos al mediodía, después otro tramo de carretera y por fin los últimos 4 o 5 km. Seguimos dando fuertemente a los pedales y nos relevábamos para poder ir recuperando, pero las fuerzas ya prácticamente eran nulas, y los últimos cartuchos los agotamos en la bajada, aun así seguimos pedaleando con el plato grande y conseguimos que no nos adelantara nadie hasta la meta excepto un participante que nos paso cuando paramos para quitarnos la chaqueta y dejar al descubierto el maillot del Pelayo.
Y así, con muchas ganas de acabar entramos por fin en Cabezón y pasamos bajo el cartel de meta donde nos recibía una multitud que aplaudían y festejaban la hazaña que acabábamos de realizar.
En ese momento se te vienen una cantidad de sensaciones que son difíciles de explicar, pero para mi este ha sido el mejor Soplao de los dos que voy disfrutando, aunque a mitad de la prueba lo veía todo muy oscuro, al final conseguimos acabar con un tiempo de 12 horas y 22 minutos, que no esta nada mal.

Ahora a esperar para el próximo año.

Chao.

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