Arrancamos la decimotercera edición de la vuelta al concejo de Gijón con un día típico asturiano, nubosidad variable con intervalos de nubes de evolución a primeras horas de la mañana, bla, bla, bla... Un día perfecto para la practica de la bicicleta de montaña.
En el control de firmas un montón de gente, cada año que pasa alucino con la cantidad de personal que se apunta a la vuelta, además los beteteros debemos ser masocas porque mientras mas larga y dura es la ruta mas gente se apunta. Ja, ja, ja, temblad para la próxima.
Comienza la ruta con el corte simbólico de la cinta por parte de la Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Gijón, parece que las tijeras cortaron bien ,menos mal, porque sino no podríamos haber salido. Comenzamos la ruta pedaleando a la vera del río Piles en dirección a la playa de San Lorenzo.
Ya con las primeras rampas el pelotón se estira, aunque pronto se vuelve a unir en la carretera de la Providencia. Se tuvo que cortar la bajada a Estaño debido a las obras en el tramo de la senda costera (la verdad es que cada vez nos quedan menos caminos ciclables por la costa, ya que la senda es exclusivamente de uso peatonal, no hablo mas del tema que me caliento).
Bajamos todos demasiado juntos hacia el arroyo de la Ñora, sin incidentes, pero con el terreno bastante peligroso. Las lluvias de días anteriores crearon aluviones de tierra suelta en las bajadas que provocaron varios sustos y algún accidente entre los participantes. En la subida al campo de golf varios barrizales provocaron continuas paradas en los ciclistas, quedaban muchos kilómetros por recorrer como para ensuciar la cadena con tanto barro. En la Llorea el primer agrupamiento y ala, a correr pal Fario.
Aquí si que se comenzó a estirar el grupo, la subida por la carretera del cementerio era un espectáculo. Me río de la serpiente multicolor del tour, aquí en Asturias tenemos el cuelebre de colorinos.
Subiendo al Fario por la cordal de Baldornón nos pillo la niebla, ayudo a refrescarnos un poco. Los primeros pudieron subir hasta el Cerro Gavio, y los de mas atrás bajaron en Paragüezos directos a la Iglesia. La coordinación, perfecta, los últimos de cada grupo llegaron al mismo tiempo a la Iglesia de la Collada. Salió bien la jugada para que los primeros no tuviesen que esperar tanto. Botellín y barritas pa comenzar a subir las rampas de Fano y Lavandera en dirección a la Madera.
Reanudamos la marcha todos juntos, estorbándonos los unos a los otros y con alguna parada debido al apelotonamiento, pero pronto la dureza del camino consiguió estirarnos para ir mas de solteros. En la parte trasera se sucedían los pinchazos, roturas de cadena, pájaras y por desgracia un accidentado que tuvo que retirarse con una importante brecha en la rodilla. Desde este blog le deseamos una pronta mejoría.
Y entre unas cosas y otras llegamos a la Iglesia de Varé para recibir un mas que merecido almuerzo. El sitio perfecto para la comida, la gente animada, charlando y descansando a partes iguales. La furgoneta de Ridezone a tope atendiendo averías, un diez para las chicas de Ridezone que nos estuvieron echando una mano durante todo el recorrido, que lujo poder contar con su asistencia técnica.
Después de comer el primero que salió fue Lorenzo, entre eso y las rampas que nos esperaban el terreno se hizo muy duro. Mucha gente tuvo que echar pie a tierra en varios puntos y hacer un poco de eso que se nos da tan bien a los ciclistas, ¡sufrir!.
Al llegar a la carretera Oviedo-Gijón las motos que nos acompañaban cortaron varias veces el trafico para que pudiésemos cruzar a Veranes. Descenso al embalse de San Andrés y ¡ a las 3:30 ya estábamos todos en el Bar Romari ¡ .
Aquí ya se notaba mucho la fatiga, la gente hablaba menos, todos tirados por los suelos y ahora si que pegaba la caló. Nos detuvimos mas de lo esperado pa recuperarnos un poco y tiramos pal Areo. Esta fue la zona mas autentica de mountain bike, la pena es que al ser tantos en algunas subidas nos estorbamos un poco, todo hasta que alguien gritó.
- “Los que se bajen de la bicicleta poneros a la izquierda, dejad libre el margen derecho para los que suban montados”.
Puedo decir que aquí fue donde mas disfrute encima de la bicicleta, y eso pese al cansancio de mis piernas. Un colofón perfecto para la ruta. Del Areo a las mestas un desfile triunfal a ritmo de Queen por las calles de Gijón.
De los doscientos y pico que comenzamos la ruta acabamos unos ciento cincuenta, no esta mal. Espero que los que no pudieron acabar vengan el año que viene con ganas de revancha y se animen a intentarlo de nuevo. Como recuerdo una bonita camiseta y diversos premios, entre ellos al club Castrón como club mas numeroso.
Mis agradecimientos a todos los participantes, guías, servicio técnico de ridezone, policía, guardia civil, ambulancia, personal del patronato deportivo y a la gente del coche de apoyo, por hacer que esta 13 Vuelta al Concejo de Gijón haya salido como ha salido. Sin vuestra participación no hubiera sido posible. Esta vez el 13 no ha sido gafe.
Nos vemos el año que viene en la 14.
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