El cielo nublado
cubre toda la zona, sopla una suave brisa entre el collado y por arriba otea
desde las alturas un buitre solitario, en busca de carnada fresca.
Al resguardo
de una pedrera, cinco agotados lampistas escuchan las indicaciones del
facultativo en jefe.
Es este un hombre incisivo, feroz, ligero de verbo y de
genio, que en estos momentos y frente una peña pilosa, explica a los
desfallecidos su visión de los momentos geológicos terrestres…”Esto era el
cauce de un rió!!” ...Dice ante los ojos sorprendidos de sus alumnos….-“por aquí
había peces”…-“El cambio climático no existe”… Los sorprendidos alumnos abren
la boca pasmados ante tal chorro de voz y de ideas…-“los dinosaurios tenían
pluma!!!”...
Está el geólogo en su salsa, y eso
que arrastra algo de cansancio por mor de un viaje al reino Alaouita, del que
volvió en vetusto aeroplano…pero ni con esas…genio y figurín, oye…
-“A ver…¿quién me puede decir el
nombre de esta formación a sus espaldas???...inquiere en estos momentos…las
miradas de los increpados se dirigen al suelo, a las botas, a las lechugueras
cercanas…todo con tal de no enfrentar la ira del docente…
Pero dos de ellos, veteranos de aula
y de curso, exhiben petulante sonrisa, con estilo…son los furrieles Blas y
Mancha, que han hecho los deberes…
-“Conglomerado de elementos redondeados”,
profe…-“ Es un tipo de roca sedimentaria que se forma cuando algunos cantos rodados, provenientes a veces del lecho de un río o de una playa, son cementados juntos por el sílice que hace de matriz de unión”
-“Conglomerado de elementos redondeados”,
profe…-“ Es un tipo de roca sedimentaria que se forma cuando algunos cantos rodados, provenientes a veces del lecho de un río o de una playa, son cementados juntos por el sílice que hace de matriz de unión”
El mentado asiente con la canosa cabeza, henchido de orgullo por sus fieles.
Estos
se vienen arriba y arriesgan en el envite …-“.Y este se conoce como Mundinga”…recitan
al unísono, barbilla arriba, pecho enhiesto…
El zurdazo se oye en los montes cazurros, a 80Km de distancia y el eco derriba un par de camiones y cuatro vacas por el Pajares.
El zurdazo se oye en los montes cazurros, a 80Km de distancia y el eco derriba un par de camiones y cuatro vacas por el Pajares.
Y es que el aula está exhausta,
consumida, derrengada…han sido casi dieciocho kilómetros, de fuerte ascenso, en
condiciones angustiosas: barro, escalones, regueros, escombreras, zarzales y rampas
del 23% que han desarmado a los alumnos, marcando sus rostros con sudores y
rayajos.
Solo el tutor Marín, ajeno al mundo
exterior y sus deslices y su maquinista y hombre de confianza Blas, dotado de
buena locomotora, han mantenido el ritmo con pujanza y jovialidad.
El resto de aprendices, incluso el
veterano Mancha, boqueaban por la espesura, como besugos al aire de la sierra.
Atrás, y “mu hondoabajo”, en el fondo
del valle minero, han quedado las
parroquias de La Foz, Xogoncia y L`Ará, donde comenzó el examen, hasta llegar a
La Cordal, cuyo terreno se asentaba un poco mejor y permitía rodar sin
excesivos sufrimientos.
Sostiene ictus hierático el
ingeniero, que todavía huele a
argán y tajines, revisando sus antiguos parajes de estudio, mientras que los asociados enderezan riñones y espaldas y atusan cadenas embarradas, puestas a prueba durante las últimas leguas.
argán y tajines, revisando sus antiguos parajes de estudio, mientras que los asociados enderezan riñones y espaldas y atusan cadenas embarradas, puestas a prueba durante las últimas leguas.
Andan los pupilos un poco reticentes,
uno de ellos, el joven Roberto, experto y poco aprovechado mecánico, ha
lesionado una de sus piernas…rotura de fibras, avanzan unos…excusas de
cansancio decían otros.
Y ya que hablamos de los afiliados,
estos son, además de los ya citados, Blas, Mancha y Roberto, el fogueado Lalo,
y el bien preparado Gaby, todos vestidos con sus mejores galas escolares para
la faena; galas que a estas alturas reclaman costuras y lavados varios.
Lalo, hombre tranquilo donde los
haya, andaba algo escocido desde los requiebros que le echaba una buena y
robusta moza de la aldea inicial, en su lengua materna…la de la moza... ¡qué
verbo!!!
Pero escocido o no, el veterano
rebuscaba en su mochila y extraía un buen salchichón de gorrino con el que
enjugar las penas de amores y aplacar la hambruna general de la clase.
También portaba el recoleto una
suerte de dulces duros y pegajosos, parecidos a las gominolas, pero con la
dureza de una roca sedimentaria…Ay…
Atrás han quedado La Cordal, Candasín
y el Llosorio, por cuya falda siniestra cruzaba saludos, la cátedra, con los compañeros de Noreña; uno de ellos, Dario, exhibía potencia a raudales, subido a
lomos de una montura doblemente electrificada, que despedía rayos y centellas a
su paso, atrayendo las libidinosas miradas del grupo.
Una vez cruzados saludos y lindezas,
se entraba ya en terrenos del Valle Canales, zaguán del Coto Minero de Riosa, y
allí mismo, se encontraban, entre los niveles de carbón de la antigua
explotación minera.
Continuaba con su disertación, en
estos momentos, el feroz docente: -“…estamos pues en el lugar conocido como La
Muezca La Pudinga, donde existía un cabrestante a vapor que tiraba de los
vagones de un nivel a otro…y podemos vislumbrar desde aquí algunas subsidencias
de las capas mineras…”
Los reclutas, arañando los cantos rodados, intentaban
ver las dichosas subsidencias que indicaba el experto, a la vez que ramoneaban
entre ellos…-¿y a que dices que le huele la mochila???...a cabra…`ta claro…este
trajo algo de allí…si seguro…
Después de la alocución del experto,
y una vez aclarados los conceptos geológicos y de los
otros, el camino viraba al Oeste, descendiendo abrupta mente hasta otra explotación, el Nivel 256, piso 4º. Descenso empinado y retorcido, donde uno de los aprendices, Gaby, daba con sus huesos en tierra, tras atascar su jumenta en unos bardiales cercanos.
otros, el camino viraba al Oeste, descendiendo abrupta mente hasta otra explotación, el Nivel 256, piso 4º. Descenso empinado y retorcido, donde uno de los aprendices, Gaby, daba con sus huesos en tierra, tras atascar su jumenta en unos bardiales cercanos.
No hubo daños mayores que se sepa, pero a los pocos metros, el zagal, sentaba
de nuevo sus posaderas en la tierra oscura… el lastimoso no ha dado señales de
vida desde entonces.
También el licenciado sufría lo suyo en la
bajada, parando cada pocos metros a rellenar de aire su rueda frontal, aún así,
seguiría comandando la excursión.
La cuadrilla, animada ya por la
cercanía del recreo, y tras una fugaz visita a La Mina La Esperanza, emprendía
el último trecho hasta los carruajes, de forma un poco desagrupada, llegando
cada uno como mejor podía.
Desde allí fugarían pronto los
lesionados y el de las gominolas, quedándose a disfrutar de una buena ducha y
una mejor refresco los avanzados estudiantes Blas y Mancha, a la vez que
lisonjeaban a su preceptor y mentor, invitándole a un buen refrigerio.
-“Y dices que también le olía la ropa…???...como
lo oyes tío…¿a cabra..??…no, que va esto es peor!!!!...¿qué me dices?…te lo
juro por mis muertos…¡¡¡¡tira a camello que fiede!!!!
Mis agradecimientos a los blogs de riosahistoria y elblogdeacebedo por su certera y descriptiva información de la zona.